Hans blieb
stehen und sah ihm zu; endlich redete er
ihn an und sprach:"Euch gehts wohl,
weil Ihr so lustig bei Eurem Schleifen seid."
"Ja", antwortete der Scherenschleifer,
"das Handwerk hat einen güldenen
Boden. Ein rechter Schleifer ist ein Mann,
der, sooft er in die Tasche greift, auch
Geld darin findet. Aber wo habt Ihr die
schöne Gans gekauft?"
"Die hab ich nicht gekauft, sondern
für mein Schwein eingetauscht."
"Und das Schwein?"
"Das hab ich für eine Kuh gekriegt."
"Und die Kuh?"
"Die hab ich für ein Pferd bekommen."
"Und das Pferd?"
"Dafür hab ich einen Klumpen Gold,
so groß als mein Kopf, gegeben."
" Und das Gold?"
" Ei, das war mein Lohn für sieben
Jahre Dienst." "Ihr habt Euch
jederzeit zu helfen gewußt",
sprach der Schleifer, "könnt Ihrs
nun dahin bringen, daß Ihr das Geld
in der Tasche springen hört, wenn Ihr
aufsteht, so habt Ihr Euer Glück gemacht."
" Wie soll ich das anfangen?",
sprach Hans.
" Ihr müßt ein Schleifer
werden wie ich; dazu gehört eigentlich
nichts als ein Wetzstein, das andere findet
sich schon von selbst.
Juan quedó
parado, contemplándolo; al cabo, se
le acercó y le dijo
- os deben de ir muy bien las cosas, pues
estáis muy contento mientras le dais
a la rueda.
- Sí - respondió el afilador
-, este oficio tiene un fondo de oro. Un buen
afilador, siempre que se mete la mano en el
bolsillo la saca con dinero. Pero, ¿dónde
habéis comprado esa hermosa oca?
- No la compré, sino que la cambié
por un cerdo.
- ¿Y el cerdo?
- Di una vaca por él.
- ¿Y la vaca?
- Me la dieron a cambio de un caballo.
- ¿Y el caballo?
- ¡Oh!, el caballo lo compré
por un trozo de oro tan grande como mi cabeza.
- ¿Y el oro?
- Pues era mi salario de siete años.
- Pues ya os digo yo que habéis sabido
salir ganando con cada cambio - dijo el afilador
-. Ya sólo os falta hallar la manera
de que cada día, al levantaros, oigáis
sonar el dinero en el bolsillo, y vuestra
fortuna será completa.
- ¿Y cómo se logra eso? - preguntó
Juan.
- Pues tenéis que trabajar como afilador,
como yo; para lo cual, en realidad, no se
necesita más que tener un mollejón;
lo otro viene por sí mismo.