"Da
lob ich mir Eure Kuh, da kann einer mit
Gemächlichkeit hinterhergehen, und
hat obendrein seine Milch, Butter und Käse
jeden Tag gewiß. Was gäb ich
darum, wenn ich so eine Kuh hätte!"
"Nun", sprach der Bauer, "geschieht
Euch so ein großer Gefallen, so will
ich Euch wohl die Kuh für das Pferd
vertauschen." Hans willigte mit tausend
Freuden ein. Der Bauer schwang sich aufs
Pferd und ritt eilig davon.
Hans trieb seine Kuh ruhig vor sich her
und bedachte den glücklichen Handel.
"Hab ich nur ein Stück Brot, und
daran wird mirs noch nicht fehlen, so kann
ich, sooft mirs beliebe, Butter und Käse
dazu essen; hab ich Durst, so melk ich meine
Kuh und trinke Milch. Herz, was verlangst
du mehr?"
Als er zu einem Wirtshaus kam, machte er
halt, aß in der großen Freude
alles, was er bei sich hatte, sein Mittags-
und Abendbrot, rein auf, und ließ
sich für seine letzten paar Heller
ein halbes Glas Bier einschenken. Dann trieb
er seine Kuh weiter, immer nach dem Dorfe
seiner Mutter zu.
Vuestra
vaca sí que es buen animal; uno puede
caminar tranquilamente detrás de ella,
y, además, te da leche, mantequilla
y queso cada día. ¡Qué
no daría yo por tener una vaca así!
- Pues bien - respondió el campesino
-, si tanto te gusta, estoy dispuesto a cambiártela
por el caballo.
Juan consintió encantado en el trato,
y el campesino, subiendo a su montura, se
alejó a toda prisa.
Entretanto, Juan, guiando su vaca, ponderaba
el buen negocio que acababa de realizar
-si tengo un pedazo de pan, y mucho será
que llegue a faltarme, podré siempre
acompañarlo de mantequilla y queso;
y cuando tenga sed, ordeñaré
la vaca y beberé leche. ¿Qué
más puedes apetecer, corazón
mío?
Hizo alto en la primera taberna que encontró,
y se comió alegremente las provisiones
que le quedaban, rociándolas con medio
vaso de cerveza, que pagó con los pocos
cuartos que llevaba en el bolsillo. Luego
prosiguió su ruta, conduciendo la vaca,
hacia el pueblo de su madre.