Seite 03: Dornröschen (La bella durmiente) |
Da ging
es allerorten herum, besah Stuben und Kammern,
wie es Lust hatte, und kam endlich auch
an einen alten Turm. Es stieg die enge Wendeltreppe
hinauf und gelangte zu einer kleinen Türe.
In dem Schloß steckte ein verrosteter
Schlüssel, und als es umdrehte, sprang
die Türe auf, und saß da in einem
kleinen Stübchen eine alte Frau mit
einer Spindel und spann emsig ihren Flachs.
»Guten Tag, du altes Mütterchen«,
sprach die Königstochter, »was
machst du da?«
»Ich spinne«, sagte die Alte
und nickte mit dem Kopf.
»Was ist das für ein Ding, das
so lustig herumspringt?«, sprach das
Mädchen, nahm die Spindel und wollte
auch spinnen. Kaum hatte sie aber die Spindel
angerührt, so ging der Zauberspruch
in Erfüllung, und sie stach sich damit
in den Finger.
In dem Augenblick aber, wo sie den Stich
empfand, fiel sie auf das Bett nieder, das
da stand, und lag in einem tiefen Schlaf.
Und dieser Schlaf verbreitete sich über
das ganze Schloß: der König und
die Königin, die eben heimgekommen
waren und in den Saal getreten waren, fingen
an einzuschlafen, und der ganze Hofstaat
mit ihnen.
Da schliefen auch die Pferde im Stall, die
Hunde im Hofe, die Tauben auf dem Dache,
die Fliegen an der Wand, ja, das Feuer,
das auf dem Herd flackerte, ward still und
schlief ein, und der Braten hörte auf
zu brutzeln, und der Koch, der den Küchenjungen,
weil er etwas versehen hatte, an den Haaren
ziehen wollte, ließ ihn los und schlief.
Und der Wind legte sich, und auf den Bäumen
vor dem Schloß regte sich kein Blättchen
mehr.
Aprovechando
la situación, sucedió que,
corriendo por el castillo, visitando todas
las habitaciones, llegó a un antiguo
torreón. Subió la estrecha
escalera de caracol y llegó a una
puerta pequeña. En la cerradura estaba
una llave oxidada y al girarla, la puerta
se abrió y en una pequeña
buhardilla estaba una anciana con un huso
e hilaba su lino.
-Buenos días, madrecita- dijo la
princesa
-¿qué haces aquí?-
-Estoy hilando- le respondió la anciana
e inclinó la cabeza.
-¿Qué es eso que se mueve
tan rápido?- preguntó la niña,
cogió el huso y quiso hilar.
Y apenas hubo tocado el huso, la maldición
se concretó y se pinchó en
el dedo.
En el momento de pincharse cayó a
la cama que estaba ahí y quedó
como muerta en un sueño profundo.
Y este sueño se extendía sobre
el castillo entero: el rey y la reina, regresados
a casa, entraron a la sala y comenzaron
a dormir, y con ellos la corte entera.
Durmieron los caballos en los corrales,
los perros en el patio, las palomas en techo,
las moscas en las paredes y el fuego que
flameaba en el hogar, se tranquilizó
y se durmió, y la carne asada dejó
de freír, y el cocinero que quería
darle una bofetada al mozo de cocina por
haber hecho una tontería, le dejó
y se durmió.
Y el viento amainó y en los árboles
no se movió ni una hojita.
Vokabular | |
die Wendeltreppe = la escalera de caracol | |
das Schloss = la cerradura | |
der Schlüssel = la llave | |
verrostet = oxidado | |
die Spindel = el huso | |
spinnen = hilar | |
der Flachs = el lino | |
sich stechen = pincharse | |
sich verbreiten = extenderse | |
der Stall = el corral | |
die Fliege = la mosca | |
der Herd = el hogar | |
der Braten = la carne asada | |
brutzeln = freír | |
sich legen (der Wind) = amainar |
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