Die stolze
Königstochter aber, als sie vernahm,
daß der Bewerber ihr nicht ebenbürtig
war, verschmähte ihn und verlangte,
er sollte zuvor eine zweite Aufgabe lösen.
Sie ging hinab in den Garten und streute
selbst zehn Säcke voll Hirse ins Gras. "Die
muß er morgen, eh' die Sonne hervorkommt,
aufgelesen haben", sprach sie, "und
es darf kein Körnchen fehlen." Der
Jüngling setzte sich in den Garten und
dachte nach, wie es möglich wäre,
die Aufgabe zu lösen; aber er konnte
nichts ersinnen, saß da ganz traurig
und erwartete bei Anbruch des Morgens, zum
Tode geführt zu werden. Als aber die
ersten Sonnenstrahlen in den Garten fielen,
was sah er da? Die zehn Säcke standen
alle wohl gefüllt nebeneinander, und
kein Körnchen fehlte darin. Der Ameisenkönig
war mit seinen tausend und tausend Ameisen
in der Nacht angekommen, und die dankbaren
Tiere hatten die Hirse mit großer Emsigkeit
aufgelesen und in die Säcke gesammelt.
Pero la
soberbia princesa, al saber que su pretendiente
era de linaje inferior, lo rechazó,
exigiéndole la realización
de un nuevo trabajo. Salió al jardín,
y esparció entre la hierba diez sacos
llenos de mijo.
"Mañana, antes de que salga el
sol, debe haberlo recogido todo, sin que
falte un grano.
Se sentó el doncel en el jardín
y se puso a cavilar sobre el modo de cumplir
aquel mandato. Pero no se le ocurría
nada, y se puso muy triste al pensar que a
la mañana siguiente sería conducido
al patíbulo. Pero cuando los primeros
rayos del sol iluminaron el jardín...
¡Qué era aquello que veía!
¡Los diez estaban completamente llenos
y bien alineados, sin que faltase un grano
de mijo! Por la noche había acudido
el rey de las hormigas con sus miles y miles
de súbditos, y los agradecidos animalitos
habían recogido el mijo con gran diligencia,
y lo habían depositado en los sacos.rey,
con la esperanza de que se le concediese la
prometida recompensa.