Die ganze
Woche hindurch war sie betrübt und
weinte viele bittere Tränen. Als es
aber Sonntag wurde, sagte sie:»So,
nun habe ich genug gelitten und gestritten.
Ich glaube wohl, daß ich ebenso gut
bin wie viele von denen, die in der Kirche
sitzen und prahlen!« Und dann machte
sie sich mutig auf. Doch kam sie nicht weiter
als bis zur Pforte; da sah sie die roten
Schuhe vor sich hertanzen, und sie entsetzte
sich sehr, kehrte wieder um und bereute
ihre Sünde von ganzem Herzen.
Dann ging sie zum Pfarrhause und bat, ob
sie dort Dienst nehmen dürfe; sie wolle
fleißig sein und alles tun, was sie
könne; auf Lohn sehe sie nicht, wenn
sie nur ein Dach übers Haupt bekäme
und bei guten Menschen wäre. Und die
Pfarrersfrau hatte Mitleid mit ihr und nahm
sie in Dienst.
Und sie war fleißig und nachdenklich.
Stille saß sie und hörte zu,
wenn am Abend der Pfarrer laut aus der Bibel
vorlas. All die Kleinen liebten sie sehr;
aber wenn sie von Putz und Staat lenguas
und daß es herrlich sein müsse,
eine Königin zu sein, schüttelte
sie mit dem Kopfe.
Toda
la semana estaba muy triste y derramaba
lágrimas amargas. Al llegar el domingo
se dijo
-ahora sí que ya he sufrido bastante.
Me parece que estoy a la par de muchos que
entran en la iglesia con la cabeza alta.
Y después se puso en camino. Pero
apenas había pasado de la puerta
volvió a ver los zapatos rojos bailando
ante ella. Se sintió más aterrorizada
que nunca, y volvió la espalda, pero
esta vez con verdadero arrepentimiento en
el corazón.
Se dirigió entonces a la casa del
párroco y suplicó que la tomaran
a su servicio, prometiendo trabajar cuánto
pudiera, sin reclamar otra cosa que un techo
y el privilegio de vivir entre gente bondadosa.
La esposa del pastor tenía compasión
de ella, y la tomó a su servicio.
Karen era laborosa y pensativa. Calladita
estaba sentada y escuchando al cura, cuando,
por la tarde, el leía en voz alta
la Biblia. Todos los pequeños la
querían mucho; pero cuando oía
a las niñas hablar de lujos y vestidos,
y pretender ser lindas como reinas, meneaba
la cabeza.