Der Meerkönig
dort unten war seit vielen Jahren Witwer,
aber seine alte Mutter besorgte sein Haus.
Sie war eine kluge Frau, doch recht stolz
auf ihren Adel deshalb trug sie zwölf
Austern auf dem Schwanze während die
anderen Vornehmen nur sechs tragen durften.Sonst
verdiente sie großes Lob, besonders
weil sie die kleinen Meerprinzessinnen, ihre
Enkelinnen, so liebte.
El rey del
mar era viudo desde hace muchos años
y su anciana madre llevaba la casa. Era una
mujer inteligente, pero muy orgullosa de su
origen de nobleza y por eso se adornaba la
cola con doce ostras, mientras el resto de
los nobles tenía que contentarse con
llevar sólo seis. No obstante era digno
de elogio, sobre todo por el gran cariño
que tenía a sus nietas, las princesas
del mar.
Das waren sechs prächtige Kinder, aber
die jüngste war die schönste von
allen. Ihre Haut war so klar und zart wie
ein Rosenblatt, ihre Augen so blau wie die
tiefste See, aber ebenso wie alle die anderen
hatte sie keine Füße. Ihr Körper
endete in einem Fischschwanz. Den lieben langen
Tag durften sie unten im Schlosse, wo lebendige
Blumen aus den Wänden wuchsen, spielen.
Eran seis chicas guapísimas, pero la
menor era la más hermosa de todas,
con una piel tan clara y pura como un pétalo
de rosa, sus ojos eran tan azules como el
lago más profundo, pero, igual que
sus hermanas, no tenía pies y su cuerpo
acababa en una cola de pez. Pasaban todo el
día jugando en el palacio, en los salones
grandes donde crecían flores vivas
en las paredes.
Die großen Bernsteinfenster wurden aufgemacht,
und dann schwammen die Fische zu ihnen herein,
gerade wie bei uns die Schwalben hereinfliegen
wenn wir die Fenster aufmachen. Aber die Fische
schwammen geradeswegs auf die kleinen Prinzessinnen
zu, fraßen aus ihren Händen und
ließen sich streicheln.
Las grandes ventanas de ámbar estaban
abiertas y los peces entraban por ellas, igual
que las golondrinas lo hacen si abrimos nuestras
ventanas.
Pero los peces nadaban hacia las princesas,
comían de sus manos y dejaban acariciarse
por ellas.