Seite 25: Die Geschichte vom kleinen Muck (Historia del pequeño Muck)



»Wie reif, wie appetitlich!«, rief der König. »Küchenmeister, du bist ein ganzer Kerl und verdienst unsere ganz besondere Gnade!«
Also sprechend, teilte der König, der mit solchen Leckerbissen sehr sparsam zu sein pflegte, mit eigener Hand die Feigen an seiner Tafel aus.
Jeder Prinz und jede Prinzessin bekam zwei, die Hofdamen und die Wesire und Agas eine, die übrigen stellte er vor sich hin und begann mit großem Behagen sie zu verschlingen.
»Aber, lieber Gott, wie siehst du so wunderlich aus, Vater?«, rief auf einmal die Prinzessin Amarza.
Alle sahen den König erstaunt an; ungeheure Ohren hingen ihm am Kopf, eine lange Nase zog sich über sein Kinn herunter; auch sich selbst betrachteten sie untereinander mit Staunen und Schrecken; alle waren mehr oder minder mit dem sonderbaren Kopfputz geschmückt.
Man denke sich den Schrecken des Hofes! Man schickte sogleich nach allen Ärzten der Stadt; sie kamen haufenweise, verordneten Pillen und Mixturen; aber die Ohren und die Nasen blieben. Man operierte einen der Prinzen; aber die Ohren wuchsen nach.

-¡Qué maduros, qué apetitosos!- exclamó el rey.
-Cocinero, eres un gran tipo y mereces nuestro especial favor.
Diciendo esto, el rey, que solía ser muy parco con tales exquisiteces, distribuyó los higos con su propia mano en la mesa.
Dio dos a cada príncipe y cada princesa, una a las damas, los visires y los agás, y el resto se lo colocó delante y empezó a devorarlos con gran gusto.

-Pero, por dios, padre, ¿cómo tienes un aspecto tan extraño?- exclamó de pronto la princesa Amarza.
Todos miraron asombrados al rey; unas enormes orejas le colgaban de la cabeza y una larga nariz le llegaba hasta más abajo de la barbilla; también se miraban recíprocamente con asombro y horror, pues todos estaban adornados en mayor o menor medida con el tocado raro.
¡Se imagine el horror de la corte! Enseguida se mandó buscar a todos los médicos de la ciudad; vinieron en masa, recetaron píldoras y mixturas, pero las orejas y narices quedaron.
Un príncipe fue operado, pero las orejas volvieron a crecer.

Vokabular
mit großem Behagen = con gran gusto
der Kopfputz = el tocado
die Pille = la píldora
operieren = operar





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