Der König
befragte hierauf den Angeklagten, ob es
wahr sei und woher er das Gold, das er vergraben,
bekommen habe.
Der kleine Muck, im Gefühl seiner Unschuld,
sagte aus, daß er diesen Topf im Garten
entdeckt habe, daß er ihn habe nicht
ein-, sondern ausgraben wollen.
Alle Anwesenden lachten laut über diese
Entschuldigung, der König aber, aufs
höchste erzürnt über die
vermeintliche Frechheit des Kleinen, rief
aus:»Wie, Elender! Du willst deinen
König so dumm und schändlich belügen,
nachdem du ihn bestohlen hast? Schatzmeister
Archaz! Ich fordere dich auf, zu sagen,
ob du diese Summe Goldes für die nämliche
erkennst, die in meinem Schatze fehlt.«
Der Schatzmeister aber antwortete, er sei
seiner Sache ganz gewiß, so viel und
noch mehr fehle seit einiger Zeit von dem
königlichen Schatz, und er könne
einen Eid darauf ablegen, daß dies
das Gestohlene sei.
Luego el
rey preguntó al acusado si aquello
era cierto y de dónde procedía
el oro que quería enterrar.
El pequeño Muck, convencido de su inocencia,
aseguró que había descubierto
la olla en el jardín y que no quería
enterrarla, sino desenterrarla.
Todos los presentes se echaron a reír
de su disculpa, pero el rey, encolerizado
en sumo grado por la supuesta impertinencia
del pequeño, exclamó
¡cómo! ¡Miserable! ¿Quieres
engañar a tu rey de esta forma tan
estúpida e infame después de
haberle robado? ¡Tesorero Archaz! Te
conjuro a que digas si reconoces esta suma
de oro como la que falta en mi tesoro!
Pero el tesorero respondió que estaba
muy seguro, que ese oro y más faltaba
desde hacía cierto tiempo en el tesoro
real, y podía jurar que ése
era el oro robado.