Seite 14: Die Geschichte vom Gespensterschiff (Historia del barco fantasma)



Der Kapitano ließ sein Haupt sinken, als er so gesprochen hatte, und verschied. Sogleich zerfiel er auch, wie seine Gefährten, in Staub. Wir sammelten diesen in ein Kästchen und begruben es am Lande; aus der Stadt nahm ich aber Arbeiter, die mir mein Schiff in guten Zustand setzten. Nachdem ich die Waren, die ich an Bord hatte, gegen andere mit großem Gewinn eingetauscht hatte, mietete ich Matrosen, beschenkte meinen Freund Muley reichlich und schiffte mich nach meinem Vaterlande ein. Ich machte aber einen Umweg, indem ich an vielen Inseln und Ländereien landete und meine Waren zu Markt brachte. Der Prophet segnete mein Unternehmen. Nach dreiviertel Jahren lief ich, noch einmal so reich, als mich der sterbende Kapitän gemacht hatte, in Balsora ein. Meine Mitbürger waren erstaunt über meine Reichtümer und mein Glück und glaubten nicht anders, als daß ich das Diamantental des berühmten Reisenden Sindbad gefunden habe. Ich ließ sie in ihrem Glauben, von nun an aber mußten die jungen Leute von Balsora, wenn sie kaum achtzehn Jahre alt waren, in die Welt hinaus, um gleich mir ihr Glück zu machen. Ich aber lebte ruhig und in Frieden, und alle fünf Jahre mache ich eine Reise nach Mekka, um dem Herrn an heiliger Stätte für seinen Segen zu danken und für den Kapitano und seine Leute zu bitten, daß er sie in sein Paradies aufnehme.

Al terminar de hablar, el capitán dejó caer la cabeza y expiró. Inmediatamente se convirtió en polvo como sus compañeros. Lo recogimos en una cajita y lo enterramos al llegar a tierra; de la ciudad llevé trabajadores que me pusieron el barco en buenas condiciones. Con grandes ganancias, cambié por otras las mercancías que tenía a borde, contraté marineros, recompensé espléndidamente a mi amigo Muley y me dirigió hacia mi patria, pero dando un rodeo, me hice escala en muchas islas y tierras donde vendí mis mercancías.

El profeta bendijo mi empresa. Después de nueve meses llegué a Balsora dos veces más rico de lo que me había hecho el capitán al morir.
Mis conciudadanos estaban asombrados ante mi riqueza y mi fortuna, y creían, nada menos, que yo había encontrado el valle de los diamantes del famoso Sindbad.
Les dejé permanecer en tal creencia, y desde entonces los jóvenes de Balsora, apenas cumplían los dieciocho años, habían de ir a recorrer el mundo para hacer fortuna como yo.
Pero yo vivía tranquilo y en paz y cada cinco años hacía un viaje a la Meca para dar las gracias al Señor en su ciudad santa por su bendición y para rogar que admitiese en el paraíso al capitán y a sus hombres.

Vokabular
verscheiden = expirar
einen Umweg machen = dar un rodeo
zwischenlanden = hacer escala
der Mitbürger = el conciudadano
im Glauben lassen = dejar permanecer en creencia
der Segen = la bendición





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