So waren
wir mehrere Tage auf dem Schiffe; es ging
immer nach Osten, wohin zu, nach meiner
Berechnung, Land liegen mußte; aber
wenn es auch bei Tag viele Meilen zurückgelegt
hatte, bei Nacht schien es immer wieder
zurückzukehren, denn wir befanden uns
immer wieder am nämlichen Fleck, wenn
die Sonne aufging. Wir konnten uns dies
nicht anders erklären, als daß
die Toten jede Nacht mit vollem Winde zurücksegelten.
Um nun dies zu verhüten, zogen wir,
ehe es Nacht wurde, alle Segel ein und wandten
dasselbe Mittel an wie bei der Türe
in der Kajüte; wir schrieben den Namen
des Propheten auf Pergament und auch das
Sprüchlein des Großvaters dazu
und banden es um die eingezogenen Segel.
Ängstlich warteten wir in unserem Kämmerchen
auf den Erfolg. Der Spuk schien diesmal
noch ärger zu toben, aber siehe, am
anderen Morgen waren die Segel noch aufgerollt,
wie wir sie verlassen hatten. Wir spannten
den Tag über nur so viele Segel auf,
als nötig waren, das Schiff sanft fortzutreiben,
und so legten wir in fünf Tagen eine
gute Strecke zurück.
Así
pasamos varios días en el barco, navegando
siempre hacia Oriente, donde según
mis cálculos debía estar la
tierra; pero aunque de día hubiese
avanzado muchas millas, de noche parecía
volver atrás, pues siempre nos encontrábamos
en el mismo lugar cuando salía el sol.
No podíamos hallar otra explicación
que la de que los muertos volvían a
navegar cada noche a toda vela.
Para evitarlo, antes de que llegara la noche
arriamos todas las velas y las recogimos y
empleamos el mismo medio como lo habíamos
hecho con la puerta del camarote; escribimos
en pergamino el nombre del profeta y el conjuro
del abuelo y lo adherimos a las velas arriadas.
En nuestro cuarto esperamos temerosos el resultado.
Esta vez el hechizo pareció aún
más desenfrenado, pero mira, a la mañana
siguiente las velas seguían recogidas
tal como las habíamos dejado. Durante
el día desplegamos sólo las
velas necesarias para impulsar suavemente
el barco y de este modo recorrimos en cinco
días un buen trecho.