Seite 28: Die Geschichte vom falschen Prinzen (Historia del falso príncipe )



»Was willst du, Schrecklicher?«, rief der Grieche aus, als die Erscheinung noch immer reglos auf der Schwelle stand. »Weiche schnell von hinnen, daß ich dir nicht fluche!«
»Zaleukos!«, sprach eine bekannte Stimme unter der Larve hervor. »Zaleukos! So empfängst du deinen Gastfreund?« Der Sprechende nahm die Larve ab, schlug den Mantel zurück; es war Selim Baruch, der Fremde.
Aber Zaleukos schien noch nicht beruhigt, ihm graute vor dem Fremden; denn nur zu deutlich hatte er in ihm den Unbekannten von der Ponte vecchio erkannt; aber die alte Gewohnheit der Gastfreundschaft siegte; er winkte schweigend dem Fremden, sich zu ihm ans Mahl zu setzen.
»Ich errate deine Gedanken«, nahm dieser das Wort, als sie sich gesetzt hatten. »Deine Augen sehen fragend auf mich - ich hätte schweigen und mich deinen Blicken nie mehr zeigen können, aber ich bin dir Rechenschaft schuldig, und darum wagte ich es auch, auf die Gefahr hin, daß du mir fluchtest, vor dir in meiner alten Gestalt zu erscheinen. Du sagtest einst zu mir: Der Glaube meiner Väter befiehlt mir, ihn zu lieben, auch ist er wohl unglücklicher als ich; glaube dieses, mein Freund, und höre meine Rechtfertigung!

-¿Qué quieres ahora, horroroso?- exclamó el griego al ver que la aparición seguía inmóvil en el umbral.
¡Vete rápido, antes de que te maldiga!

-¡Zaleuco!- dijo una voz conocida bajo la máscara.
-¡Zaleuco! ¿Así recibes a tu invitado?
El hablante se retiró la máscara y se quitó la capa; era Selim Baruj, el extranjero.

Pero Zaleuco no parecía aún tranquilo; tenía miedo al extranjero, pues de sobra había reconocido en él al desconocido del Ponte Vecchio, pero venció la antigua costumbre de la hospitalidad, y en silencio hizo señal al extranjero de que se sentara con él a la mesa.

-Adivino tus pensamientos- comenzó éste cuando se hubieron sentado. -Tus ojos me miran sin comprender; hubiera podido callar y no presentarme nunca ante ti, pero te debo una explicación y por ello me he expuesto a que me maldijeras apareciendo con mi mal aspecto de antaño.

Una vez me dijiste:"La fe de mis padres me manda amarle; además, es más desdichado que yo". Créelo, amigo mío, y escucha mi justificación.

Vokabular
der Grieche = el griego
reglos = inmóvil
die Schwelle = el umbral
fluchen = maldecir
sich grauen vor = tener miedo a
siegen = vencer
die Gastfreundschaft = la hospitalidad
Rechenschaft schuldig sein = deber a alg. una explicación
die Rechtfertigung = la justificación





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