Seite 27: Die Geschichte vom falschen Prinzen (Historia del falso príncipe )



Der Grieche hatte alle Anstalten getroffen, den Fremden, welchen er auf der Reise liebgewonnen hatte, gut zu bewirten, und als die Speisen und Getränke in gehöriger Ordnung aufgestellt waren, setzte er sich, seinen Gast zu erwarten.
Langsam und schweren Schrittes hörte er ihn den Gang, der zu seinem Gemach führte, heraufkommen.
Er erhob sich, um ihm freundlich entgegenzugehen und ihn an der Schwelle zu bewillkommnen; aber voll Entsetzen fuhr er zurück, als er die Türe öffnete; denn jener schreckliche Rotmantel trat ihm entgegen; er warf noch einen Blick auf ihn, es war keine Täuschung; dieselbe hohe, gebietende Gestalt, die Larve, aus welcher ihn die dunklen Augen anblitzten, der rote Mantel mit der goldenen Stickerei waren ihm nur allzuwohl bekannt aus den schrecklichsten Stunden seines Lebens.
Widerstreitende Gefühle wogten in Zaleukos Brust; er hatte sich mit diesem Bild seiner Erinnerung längst ausgesöhnt und ihm vergeben, und doch riß sein Anblick alle seine Wunden wieder auf; alle jene qualvollen Stunden der Todesangst, jener Gram, der die Blüte seines Lebens vergiftete, zogen im Flug eines Augenblicks an seiner Seele vorüber.

El griego se había preparado para convidar bien al extranjero, a quien había tomado mucho efecto durante el viaje, y cuando los platos y las bebidas estuvieron en la disposición conveniente, se sentó a esperar a su invitado.
Lento y de pasos pesados lo oyó acercarse por el pasillo que conducía a su habitación.

Se levantó para salir amablemente a su encuentro y darle la bienvenida en la puerta, pero retrocedió horrorizado al abrirla, pues se le enfrentó aquella espantosa capa roja; lanzó otra mirada, pero no, no era una alucinación; la misma figura alta y arrogante, la máscara desde la que le miraban los ojos oscuros, la capa roja con bordados en oro le eran demasiado familiares desde los días más espantosos de sui vida.


En el corazón de Zaleuco luchaban sentimientos contrapuestos; hacía tiempo que se había reconciliado con la imagen de este recuerdo y le había perdonado, y, sin embargo, al verlo se abría de nuevo todas sus heridas; todas aquellas horas penosas, de angustia mortal, aquella pesadumbre que había envenenado la flor de su vida; invadieron su alma en un instante.

Vokabular
Anstalten treffen = prepararse para
bewirten = convidar
die Schwelle = el umbral
die Täuschung = la alucinación
die Larve = la máscara
die Stickerei = el bordado
widerstreitend = contrapuesto
alle Wunden aufreißen = abrir todas heridas
qualvoll = penoso
die Todesangst = la angustia mortal
vergiften = envenenar





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