Seite 19: Die Geschichte vom falschen Prinzen (Historia del falso príncipe )



Er hatte kaum die letzten Worte gesprochen, als sich eine der Zedern öffnete und eine verschleierte Frau in langen, weißen Gewändern hervortrat.
»Ich weiß, warum du zu mir kommst, Sultan Saaud, dein Wille ist redlich; darum soll dir auch meine Hilfe werden. Nimm diese zwei Kistchen! Laß jene beiden, welche deine Söhne sein wollen, wählen! Ich weiß, daß der, welcher der echte ist, das rechte nicht verfehlen wird.«
So sprach die Verschleierte und reichte ihm zwei kleine Kistchen von Elfenbein, reich mit Gold und Perlen verziert; auf dem Deckel, welchen der Sultan vergebens zu öffnen versuchte, standen Inschriften von eingesetzten Diamanten.
Der Sultan besann sich, als er nach Hause ritt, hin und her, was wohl in den Kistchen sein könnte, welche er mit aller Mühe nicht zu eröffnen vermochte. Auch die Aufschrift gab ihm kein Licht in der Sache; denn auf dem einen stand:»Ehre und Ruhm«, auf dem andern:»Glück und Reichtum«. Der Sultan dachte bei sich, da würde auch ihm die Wahl schwer werden unter diesen beiden Dingen, die gleich anziehend, gleich lockend seien.
Als er in seinen Palast zurückgekommen war, ließ er die Sultanin rufen und sagte ihr den Ausspruch der Fee, und eine wunderbare Hoffnung erfüllte sie, daß jener, zu dem ihr Herz sie hinzog, das Kistchen wählen würde, welches seine königliche Abkunft beweisen sollte.

Apenas había pronunciado las últimas palabras, cuando uno de los cedros se abrió y apareció una mujer cubierta con un velo, con largos vestidos blancos.
-Sé por qué has venido a mí, sultán Saaud; tu deseo es sincero y por ello te voy a ayudar. Toma estas cajitas. Haz que elijan los dos que pretenden ser hijos tuyos; sé que el que es tu hijo auténtico, no se equivocará de elegir la adecuada.

Así habló la velada y le entregó dos cajitas de márfil, adornadas con oro y perlas, sobre la tapa, que el sultán en vano trató de abrir, había inscripciones con diamantes incrustados.

Al cabalgar de regreso, el sultán pensaba qué podría haber en las cajitas, que no lograba de abrir ni con todo esfuerzo.
Tampoco la inscripción le dio mucha luz sobre el asunto, pues una decía "Honor y gloria" y la otra "Felicidad y riqueza".
El sultán pensaba que a él le resultaría difícil la elección entre estas dos cosas, igual de atractivas, igual de seductoras.
De vuelta a su palacio, hizo llamar a la sultana y le comunicó la sentencia del hada; se apoderó de ella la esperanza maravillosa de que el elegido de su corazón escogería la cajita que iba a probar su origen real.

Vokabular
verschleiert = cubierto con un velo
redlich = sincero
verfehlen = equivocarse
die Inschrift = la inscripción
das Elfenbein = el márfil
die Wahl = la elección
beweisen = probar





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