Vor dem
Throne des Sultans wurden zwei Tische aufgestellt;
auf sie setzte der Sultan mit eigener Hand
die beiden Kistchen, bestieg dann den Thron
und winkte einem seiner Sklaven, die Pforte
des Saales zu öffnen. Eine glänzende
Versammlung von Bassas und Emiren des Reiches,
die der Sultan berufen hatte, strömte
durch die geöffnete Pforte. Sie ließen
sich auf prachtvollen Polstern nieder, welche
die Wände entlang aufgestellt waren.
Als sie sich alle niedergelassen hatten,
winkte der König zum zweitenmal, und
Labakan wurde hereingeführt. Mit stolzem
Schritte ging er durch den Saal, warf sich
vor dem Throne nieder und sprach:»Was
befiehlt mein Herr und Vater?«
Der Sultan erhob sich auf seinem Thron und
sprach:»Mein Sohn! Es sind Zweifel
an der Echtheit deiner Ansprüche auf
diesen Namen erhoben worden; eines jener
Kistchen enthält die Bestätigung
deiner echten Geburt, wähle! Ich zweifle
nicht, du wirst das rechte wählen!«
Labakan erhob sich und trat vor die Kistchen,
er erwog lange, was er wählen sollte,
endlich sprach er: »Verehrter Vater!
Was kann es Höheres geben als das Glück,
dein Sohn zu sein, was Edleres als den Reichtum
deiner Gnade? Ich wähle das Kistchen,
das die Aufschrift 'Glück und Reichtum'
zeigt.«
Delante
del trono del sultán se colocaron des
mesas, sobre las que el sultán puso
con su propia mano las dos cajitas, subió
luego al trono y hizo seña a uno de
sus esclavos para que abriese la puerta del
salón.
Una brillate asamblea de pachás y emires
del reino, a los que el sultán había
convocado, se aproximaron por la puerta abierta
y se sentaron en lujosos cojines situados
a lo largo de la pared.
Cuando tordos se habían acomodado,
el rey hizo otra indignación y se introdujo
a Labakán.
Atravesó el salón con paso orgulloso,
se postró ante el trono y dijo
-¿Qué ordena mi señor
y padre?
El sultán se levantó de su trono
y dijo
-hijo mío. Han surgido dudas sobre
la autenticidad de tus pretensiones a este
nombre. Una de aquellas cajitas contiene la
confirmación de tu auténtica
cuna. ¡Elige!, no dudo de que elegirás
la adecuada.
Labakán se levantó y se acercó
a las cajitas, consideró mucho tiempo
cuál debía elegir y al finla
dijo
-honorable padre, ¿qué puede
haber más elevado que la felicidad
de ser tu hijo, más noble que la riqueza
de tu bondad? Elijo, pues, la cajita que muestra
la inscripción "Felicidad y riqueza".