»Gestohlen
hat er ihn«, schrie Omar, »mein
argloses Vertrauen hat er zum Verrat mißbraucht!«
Der Sultan aber hörte nicht auf die
Stimme seines Sohnes; denn er war in allen
Dingen gewohnt, eigensinnig nur seinem Urteil
zu folgen; daher ließ er den unglücklichen
Omar mit Gewalt aus dem Saale schleppen.
Er selbst aber begab sich mit Labakan in
sein Gemach, voll Wut über die Sultanin,
seine Gemahlin, mit der er doch seit fünfundzwanzig
Jahren in Frieden gelebt hatte.
Die Sultanin aber war voll Kummer über
diese Begebenheiten; sie war vollkommen
überzeugt, daß ein Betrüger
sich des Herzens des Sultans bemächtigt
hatte, denn jenen Unglücklichen hatten
ihr so viele bedeutsame Träume als
ihren Sohn gezeigt.
Als sich ihr Schmerz ein wenig gelegt hatte,
sann sie auf Mittel, um ihren Gemahl von
seinem Unrecht zu überzeugen. Es war
dies allerdings schwierig; denn jener, der
sich für ihren Sohn ausgab, hatte das
Erkennungszeichen, den Dolch, überreicht
und hatte auch, wie sie erfuhr, so viel
von Omars früherem Leben von diesem
selbst sich erzählen lassen, daß
er seine Rolle, ohne sich zu verraten, spielte.
-¡Lo
ha robado!- gritó Omar. ¡Ha abusado
de mi confianza sin recelo para traicionarme!-
Pero el sultán no escuchó la
voz de su hijo, pues estaba acostumbrado en
todas las cosas a seguir obstinadamente sólo
su criterio; hizo que sacaran a la fuerza
del salón al desdichado Omar y él
se retiró con Labakán a su habitación,
lleno de cólera contra la sultana,
su esposa, con la que había compartido
la vida en armonía desde hacía
veinticinco años.
La sultana estaba lleno de pesadumbre por
lo sucedido y plenamente convencida de que
un estafador se había apoderado del
corazón del sultán, pues muchos
sueños trascendentes le señalaban
a aquel desdichado como hijo suyo.
Cuando el dolor se mitigó un poco,
se puso a reflexionar sobre el modo de convencer
a su esposo de su error. Ciertamente era difícil,
pues el que se decía su hijo se había
apoderado del distintivo, el puñal,
y había oído lo suficiente de
la vida pasada de Omar, por lo que él
mismo le contó, como para interpretar
su papel sin traicionarse.