Seite 52: Die Galoschen des Glücks | Sechste Geschichte - Das Beste, was die Galoschen brachten



Das Essen wurde aufgetragen; es gab eine Suppe aus Wasser, mit Pfeffer und ranzigem Öl gewürzt, das auch in der gleichen Güte beim Salat wieder erschien; verdorbene Eier und gebratene Hahnenkämme bildeten den Höhepunkt der Mahlzeit; selbst der Wein hatte einen Beigeschmack, es war eine wahre Medizin. Zur Nacht wurden die Koffer gegen die Tür gestellt und einer der Reisenden hielt Wache, während die anderen schliefen. Der Theolog war der Wachthabende. O, wie schwül war es hier drinnen! Die Hitze drückte, die Mücken summten und stachen, und die Krüppel jammerten im Schlaf.
"Ja, Reisen ist schon recht gut!", seufzte der Student, "wenn man nur keinen Körper hätte. Könnte dieser ruhen, und der Geist indessen fliegen!
Wohin ich komme, findet sich ein Mangel, der das Herz bedrückt.

Sirvieron la comida: una sopa de agua, sazonada con pimienta y aceite rancio; luego un plato de ensalada aliñada con el mismo aceite. Los platos fuertes fueron huevos podridos y crestas de pollo asadas. Incluso el vino tenía un sabor extraño; sabía a medicina.
Por la noche colocaron las maletas contra la puerta, y uno de los viajeros se encargó de la vigilancia mientras los demás dormían.
Al seminarista lo tocó actuar de centinela. ¡Qué bochorno hacía dentro!
El calor era opresivo, los mosquitos zumbaban y picaban, y los lisiados seguían quejándose en sueños. «Sí, eso de viajar está muy bien -suspiró el seminarista-, sólo que sobra el cuerpo. Éste debiera poder descansar, mientras el espíritu vuela. Dondequiera que llego, noto que me falta algo, y siento como una opresión en el corazón. .

Vokabular
der Pfeffer = la pimienta
ranziges Öl = aceite rancio
der Hahnenkamm = la cresta de pollo
der Beigeschmack = el sabor exraño
es ist schwül = hace bochorno





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