Der Schreiber,
oder wie die Frau sagte, der Feldvogel,
kam in ein kleines Bauer dicht neben den
Kanarienvogel und nicht weit entfernt von
dem Papagei. Die einzige Redensart, die
Papchen hervorschnattern konnte, und die
zuzeiten recht komisch klang, war:"Nein,
nun lasst uns Menschen sein!" Alles
übrige, was er schnatterte, war ebenso
unverständlich wie des Kanarienvogels
Gezwitscher, aber nicht für den Schreiber,
der ja selbst ein Vogel war. Er verstand
die Kameraden ausgezeichnet.
"Ich flog unter der grünen Palme
und dem blühenden Mandelbaum!",
sang der Kanarienvogel, "ich flog mit
meinen Brüdern und Schwestern hin,
über die prächtigen Blumen und
den glasklaren See, auf dessen Grunde sich
Pflanzen wiegten. Ich sah auch viele herrliche
Papageien, die die schönsten Geschichten
erzählten, lang und viel!"
El escribiente,
o, como decía la señorita, el
pájaro campestre, fue a parar a una
jaula, junto a la del canario y no lejos del
loro.
Elúnico giro que sabía éste
decir, y que a menudo repetía con mucha
gracia, era: «¡Bueno, vamos a
ser personas!».
Todo lo demás que graznaba era tan
ininteligible como el gorjeo del canario,
excepto para el escribiente, transformado
ahora en pájaro.
El comprendía muy bien a su compañero.
- Volaba en la verde palmera y en el almendro
florido -cantó el canario-. Volaba
con mis hermanos por encima de flores bellísimas,
por encima del diáfano lago, en cuyo
fondo se mecían las plantas.
Veía también muchos papagayos
de vivos colores, que contaban graciosas historias.
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