Seite 23: Die Galoschen des Glücks | Vierte Geschichte - Ein Hauptmoment und eine Deklamationsnr



Ein Hauptmoment und eine Deklamationsnummer

Eine höchst ungewöhnliche Reise.  
Ein jeder Kopenhagener weiß, wie der Eingang zum Friedrichshospital aussieht, aber da wahrscheinlich auch einige Nicht-Kopenhagener diese Geschichte lesen werden, müssen wir eine kurze Beschreibung geben.
Das Hospital ist von der Straße durch ein ziemlich hohes Gitter getrennt, in welchem die dicken Eisenstangen so weit voneinander abstehen, dass, wie erzählt wird, sich sehr dünne Leute hindurch geklemmt haben und auf diesem Wege ihre kleinen Visiten abgemacht haben. Der Körperteil, der am schwierigsten hinauszupraktizieren war, war der Kopf. Hier, wie überall in der Welt, waren also die kleinen Köpfe die glücklichsten. Das wird als Einleitung genügen. Einer der jungen Hülfsärzte, von dem man nur in körperlicher Hinsicht behaupten konnte, dass er einen großen Kopf habe, hatte gerade an diesem Abend Wache. Es war strömender Regen, doch ungeachtet dieser beiden Hindernisse musste er hinaus, nur auf eine Viertelstunde, aber es war nichts so Wichtiges, dass es dem Pförtner gemeldet werden musste, wenn man durch die Eisenstangen hinausschlüpfen konnte. Da standen die Galoschen, die der Wächter vergessen hatte.

Un momento principal y un número de declamación

Un viaje fuera de lo común
Todos los ciudadanos de Copenhague saben cómo es la entrada del hospital de Federico. Pero como probablemente también algunas personas desconocedoras de la capital lean la presente historia, tendremos que dar una descripción de ella.
El hospital queda separado de la calle por una reja bastante alta, cuys barras de hierro están tan distantes entre sí, que, según se dice, algunas personas, si eran flacas, se habían escabullido por entre ellos y efectuado sus pequeñas correrías por el exterior. La parte del cuerpo que más costaba de pasar era la cabeza; en este caso, como en tantos otros que vemos en la vida, las cabezas menores eran las más afortunadas. Lo dicho bastará como introducción. Uno de los jóvenes médicos ayudantes, de quien sólo desde el punto de vista corporal podía decirse que tenía una gran cabeza, estaba de guardia aquella noche. La lluvia caía a cántaros, lo cual suponía un obstáculo más; pero, a pesar de todo, el mozo tenía que salir, aunque fuere sólo por un cuarto de hora. Para una ausencia tan breve no había necesidad de dar explicaciones al portero, pensó, con tal de poder escurrirse por entre las rejas. Allí estaban los chanclos que el vigilante había olvidado.

Vokabular
das Gitter = la reja
die Eisenstange = la barra de hierro
die Einleitung = la introducción
genügen = bastar
der Hülfsarzt (veraltet), der Assistenzarzt = el médico ayudante
das Hindernis = el obstáculo
der Pförtner = el portero





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