Seite 21: Die Galoschen des Glücks |
Dritte Geschichte
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Des Wächters Abenteue.
Des Wächters
Seele verstand die Sprache der Mondbewohner
sehr gut. Sie disputierten über unsere
Erde und bezweifelten, dass sie bewohnt
wäre, die Luft müsse dort viel
zu dick sein, als dass irgendein vernünftiges
Mondgeschöpf darin leben könnte.
Sie glauben, dass der Mond allein lebende
Wesen beherberge. Aber wenden wir uns wieder
herab in die Oststraße und sehen wir,
wie es dem Körper des Wächters
erging. Leblos saß er auf der Treppe,
der Spieß war ihm aus der Hand gefallen,
und die Augen blickten zum Monde hinauf
zu der ehrlichen Seele, die da oben spazierte.
"Was ist die Uhr, Wächter?",
fragte ein Vorbeigehender. Aber wer nicht
antwortete, war der Wächter. Da gab
ihm der Mann einen sachten Nasenstüber.
Aber nun war es aus mit dem Gleichgewicht.
Da lag der Körper, so lang er war,
der Mensch war tot. Der, der ihm den Nasenstüber
verabreicht hatte, erschrak von Herzen.
Der Wächter war tot, und tot blieb
er auch. Es wurde gemeldet und besprochen,
und in der Morgenstunde trug man den Körper
aufs Hospital hinaus.
El alma
del vigilante entendía perfectamente
la lengua de los selenitas, los cuales hablaban
de nuestra Tierra y dudaban de que pudiese
estar habitada. En ella la atmósfera
debía de ser demasiado densa para
permitir la vida de un ser lunático
racional. Consideraban que sólo la
Luna estaba habitada.
Pero volvamos a la calle del Este y veamos
qué pasa con el cuerpo del vigilante
nocturno.
Yacía inanimado en la escalera; el
chuzo le había caído de la
mano, y los ojos tenían la mirada
clavada en la Luna, donde vagaba su alma
de bendito.
-¿Qué hora es, vigilante?
-preguntó un transeúnte. Pero
quien no respondió era el vigilante.
Entonces el hombre le dio un capirotazo
en las narices, con lo que el cuerpo perdió
el equilibrio, quedando tan largo como era;
¡el vigilante estaba muerto! Al transeúnte
le sobrevino una gran angustia ante aquel
hombre al que acababa de propinar un capirotazo.
El vigilante estaba muerto, y muerto quedó;
se dio parte, se comentó el acontecimiento,
y a la madrugada trasladaron el cuerpo al
hospital.