Sie konnten
aber die Stadt Bremen in einem Tag nicht
erreichen und kamen abends in einen Wald,
wo sie übernachten wollten. Der Esel
und der Hund legten sich unter einen großen
Baum, die Katze und der Hahn machten sich
in die Äste, der Hahn aber flog bis
in die Spitze, wo es am sichersten für
ihn war.
Ehe er einschlief, sah er sich noch einmal
nach allen vier Winden um, da däuchte
ihn, er sähe in der Ferne ein Fünkchen
brennen, und rief seinen Gesellen zu, es
müßte nicht gar weit ein Haus
sein, denn es scheine ein Licht. Sprach
der Esel: »So müssen wir uns
aufmachen und noch hingehen, denn hier ist
die Herberge schlecht.« Der Hund meinte,
ein paar Knochen und etwas Fleisch dran
täten ihm auch gut. Also machten sie
sich auf den Weg nach der Gegend, wo das
Licht war, und sahen es bald heller schimmern,
und es ward immer größer, bis
sie vor ein hell erleuchtetes Räuberhaus
kamen.
Pero no
pudieron llegar a la ciudad Bremen aquel mismo
día, y al anochecer resolvieron pasar
la noche en un bosque que encontraron. El
asno y el perro se tendieron bajo un alto
árbol; el gato y el gallo se subieron
a las ramas, aunque el gallo se encaramó
de un vuelo hasta la cima, creyéndose
allí más seguro. Antes de dormirse,
echó una mirada a los cuatro vientos,
y en la lejanía creía divisar
una chispita de luz, por lo que gritó
a sus compañeros que no muy lejos debía
de haber una casa.
Dijo entonces el asno: - Mejor será
que nos pongamos en camino y vayamos a verlo,
pues aquí estamos muy mal alojados.
Pensó el perro que unos huesos con
un poquitín de carne no vendrían
mal, y, así se pusieron todos en camino
en dirección de la luz; ésta
iba aumentando en claridad a medida que se
acercaban, hasta que llegaron a una guarida
de ladrones, profusamente iluminada.