»Da
hab ich gut Wetter prophezeit«, sprach
der Hahn, »weil unserer lieben Frauen
Tag ist, wo sie dem Christkindlein die Hemdchen
gewaschen hat und sie trocknen will; aber
weil morgen zum Sonntag Gäste kommen,
so hat die Hausfrau doch kein Erbarmen und
hat der Köchin gesagt, sie wollte mich
morgen in der Suppe essen, und da soll ich
mir heut abend den Kopf abschneiden lassen.
Nun schrei ich aus vollem Hals, solang ich
noch kann.«
»Ei was, du Rotkopf«, sagte
der Esel, »zieh lieber mit uns fort,
wir gehen nach Bremen, etwas Besseres als
den Tod findest du überall; du hast
eine gute Stimme, und wenn wir zusammen
musizieren, so muß es eine Art haben.«
Der Hahn ließ sich den Vorschlag gefallen,
und sie gingen alle viere zusammen fort.
- He estado profetizando buen tiempo -respondió el gallo-, porque es el día en que la Virgen María ha lavado la camisita del Niño Jesús y quiere ponerla a secar. Pero como resulta que mañana es domingo y vienen invitados, mi ama, que no tiene compasión, ha mandado a la cocinera que me eche al puchero; y así, esta noche va a cortarme el cuello. Por eso grito ahora con toda la fuerza de mis pulmones, mientras me quedan aún algunas horas.
- ¡Bah, cresta roja! -dijo el asno-.
Mejor harás viniéndote con nosotros.
Mira, nos vamos a Bremen; algo mejor que la
muerte en cualquier parte lo encontrarás.
Tienes buena voz, y si todos juntos armamos
una banda, ya saldremos del apuro.
El gallo le pareció interesante la
oferta, y los cuatro emprendieron el camino
de Bremen.