Der Esel,
als der größte, näherte
sich dem Fenster und schaute hinein. »Was
siehst du, Grauschimmel?« fragte der
Hahn. »Was ich sehe?« antwortete
der Esel. »Einen gedeckten Tisch mit
schönem Essen und Trinken, und Räuber
sitzen daran und lassen's sich wohl sein.«
»Das wäre was für uns«,
sprach der Hahn.
»Ja, ja, ach, wären wir da!«
sagte der Esel. Da ratschlagten die Tiere,
wie sie es anfangen müßten, um
die Räuber hinauszujagen, und fanden
endlich ein Mittel. Der Esel mußte
sich mit den Vorderfüßen auf
das Fenster stellen, der Hund auf des Esels
Rücken springen, die Katze auf den
Hund klettern, und endlich flog der Hahn
hinauf und setzte sich der Katze auf den
Kopf. Wie das geschehen war, fingen sie
auf ein Zeichen insgesamt an, ihre Musik
zu machen: der Esel schrie, der Hund bellte,
die Katze miaute, und der Hahn krähte;
dann stürzten sie durch das Fenster
in die Stube hinein, daß die Scheiben
klirrten.
El asno,
que era el mayor, se acercó a la ventana,
para echar un vistazo al interior. - ¿Qué
ves, rucio? -preguntó el gallo. - ¿Qué
veo? -replicó el asno-. Pues una mesa
puesta con comida y bebida, y unos bandidos
que se están dando el gran atracón.
- ¡Tan bien como nos vendría a nosotros! -dijo el gallo.
- ¡Y tú que lo digas! -añadió el asno-. ¡Quién pudiera estar allí!
Los animales deliberaron entonces acerca de la manera
de expulsar a los bandoleros, y, al fin, dieron con una solución. El asno se colocó con las patas delanteras sobre la ventana; el perro montó sobre la espalda del asno, el gato trepó sobre el perro, y, finalmente, el gallo se subió de un vuelo sobre la cabeza del gato. Colocados ya, a una señal convenida prorrumpieron a la una en su horrísono música: el asno, rebuznando; el perro, ladrando; el gato, maullando, y cantando el gallo. Y acto seguido se precipitaron por la ventana en el interior de la sala, con gran estrépito de cristales.