»Ach«,
sagte der Hund, »weil ich alt bin
und jeden Tag schwächer werde, auch
auf der Jagd nicht mehr fort kann, hat
mich mein Herr wollen totschlagen, da hab
ich Reißaus genommen; aber womit
soll ich nun mein Brot verdienen?« »Weißt
du was«, sprach der Esel, »ich
gehe nach Bremen und werde dort Stadtmusikant,
geh mit und laß dich auch bei der
Musik annehmen. Ich spiele die Laute, und
du schlägst die Pauken.« Der
Hund war's zufrieden, und sie gingen weiter.
Es dauerte nicht lange, so saß da
eine Katze an dem Weg und machte ein Gesicht
wie drei Tage Regenwetter.
- ¡Ay!
-exclamó el perro-, como ya soy viejo
y estoy más débil cada día
que pasa y ya no sirvo para cazar, mi amo
quiso matarme, y yo he tomadolas de Villadiego.
Pero, ¿cómo voy a ganarme el
pan? - ¿Sabes qué? -dijo el
asno-. Yo voy a Bremen, a ver si puedo encontrar
trabajo como músico de la ciudad. Vente
conmigo y entra también en la banda.
Yo tocaré el laúd, y tú
puedes tocar los timbales-. El perro estuvo
contento, y prosiguieron juntos la ruta. No
había transcurrido mucho rato cuando
encontraron un gato que ponía cara
de viernes santo.