Seite 6: Des Moorkönigs Tochter (La hija del rey del pantano)



»Hier, mitten im Moor, ist, wie du weißt, eine Art See,« sagte der Storchvater. »Du kannst ein Stückchen davon sehen, wenn du dich aufrichtest; dort zwischen dem Schilf und dem grünen Moorboden lag ein großer Erlenstamm. Auf diesem ließen sich die drei Schwäne nieder und blickten sich um; die eine von ihnen warf ihre Schwanenhaut ab, und ich erkannte in ihr die Prinzessin unseres Hauses in Ägypten.
Sie saß da und hatte keinen anderen Mantel um sich, als ihr langes, schwarzes Haar. Ich hörte, wie sie die beiden anderen bat, wohl auf ihre Schwanenhaut achtzugeben, wenn sie unter das Wasser tauchen würde, um die Blume zu pflücken, die sie zu sehen glaubte. Sie nickten und richteten sich empor; dabei hoben sie das lose Federkleid auf. Sieh nur, was wollen sie wohl damit tun? dachte ich, und sie fragte sicherlich ebenfalls danach. Die Antwort bekam sie durch den Anblick der Tat – sie flogen mit ihrem Federkleide in die Höhe und riefen:»Tauch nur unter. Niemals mehr sollst du im Schwanenkleide fliegen, nie das Land Ägypten wiedersehen. Bleib du im Wildmoore sitzen!« Und dann rissen sie ihr Federkleid in hundert Fetzen, daß die Federn rings umher flogen, als seien es Schneeflocken, und fort flogen sie, die beiden bösen Prinzessinnen.

-Aquí, en el centro del cenagal, como ya sabes, hay una especie de lago- dijo la cigüeña padre-. Si te levantas un poquitín, podrás ver un rincón de él. Allí, en el suelo pantanoso y junto al cañaveral, crece un aliso. Los tres cisnes se posaron en él y miraron a su alrededor aleteando. Uno de ellos se quitó la piel que lo cubría, y entonces reconocí a la princesa de nuestra casa de Egipto.
Se sentó, sin más vestido que su larga y negra cabellera. La oí decir a sus dos compañeros que le guardasen el plumaje, mientras ella se sumergía en el agua para coger la flor que creía ver desde arriba.
Los otros asintieron con la cabeza y se elevaron por los aires, llevándose el vestido de plumas.
«¿Qué se llevan entre manos?», pensé yo, y probablemente la princesa pensaría lo mismo.
La respuesta recibió al ver el espectácuo: se remontaron llevándose el vestido de plumas mientras gritaban -¡échate al agua! Nunca más volarás disfrazada de cisne, ni volverás a ver Egipto. ¡Quédate en el pantano!
Y diciendo esto, hicieron mil pedazos el vestido de plumas y lo dispersaron por el aire como si fuesen copos de nieve. Luego, las dos perversas princesas se alejaron volando.

Vokabular
die Erle = el aliso
tauchen = sumergirse
nicken = asentir con la cabeza
die Schneeflocken = los copos de nieve





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