Am Morgen
kamen die Diener und das Mädchen herein.
„Nun beginnt der Staat aufs neue!“,
dachte der Baum; aber sie schleppten ihn
zum Zimmer hinaus, die Treppe hinauf, auf
den Boden und stellten ihn in einen dunklen
Winkel, wohin kein Tageslicht schien. „Was
soll das bedeuten?“, dachte der Baum.
„Was soll ich hier wohl machen? Was
mag ich hier wohl hören sollen?“
Er lehnte sich gegen die Mauer und dachte
und dachte. Und er hatte Zeit genug, denn
es vergingen Tage und Nächte; niemand
kam herauf, und als endlich jemand kam,
so geschah es, um einige grosse Kasten in
den Winkel zu stellen; der Baum stand ganz
versteckt, man musste glauben, dass er ganz
vergessen war.
Por la
mañana se presentaron los criados
y la muchacha.
- Ya la fiesta empieza otra vez- pensó
el abeto. Pero lo sacaron de la habitación
y, arrastrándolo escaleras arriba
al desván, lo dejaron en un rincón
oscuro, al que no llegaba la luz del día.
- ¿Qué significa esto?–
se preguntó el árbol.
- ¿Qué voy a hacer aquí?
¿Qué es lo que voy a oír
desde aquí?- Y, cavilando y más
cavilando, se apoyó contra la pared.
Y por cierto que tuvo tiempo sobrado, pues
iban transcurriendo los días y las
noches sin que nadie se presentara; y cuando
alguien lo hacía, era sólo
para depositar grandes cajas en el rincón.
El árbol quedó completamente
ocultado; era posible que se hubieran olvidado
de él.