Und er
blieb sitzen; aber er saß auf des
Turmes Wetterhahn, der drehte und drehte
sich mit ihm, sodaß er glaubte, es
sei noch immer derselbe Wind. Also blieb
er sitzen, und da konnte er lange sitzen
und schmecken!
Aber im Lande Indien auf dem Baum der Sonne
war es leer und stille geworden, als die
Brüder einer nach dem anderen fortgezogen
waren.
"Es geht ihnen nicht gut", sagte
der Vater,"nie werden sie den leuchtenden
Edelstein heimbringen, er wird für
mich nie gefunden, und sie sind fort, tot."
Und er beugte sich über das Buch der
Wahrheit, starrte auf das Blatt, wo er über
das Leben nach dem Tode lesen sollte, aber
dort war für ihn nichts zu sehen und
zu erfahren.
Y se quedó;
pero estaba sentado sobre la veleta del campanario,
que daba vueltas y más vueltas con
él, por lo que le parecía que
el viento era siempre el mismo. Por eso siguió
allí , sentado y gustando horas y horas.
Pero en la tierra de la India, en el palacio
del árbol del sol, todo estaba vacío
y silencioso desde que los hijos se habían
marchado, uno tras otro.
- ¡No están bien! - decía
el padre. -Nunca traerán a casa la
preciosa piedra. Nunca será encontrada
para mí; y ellos están lejos,
muertos .-
Y se inclinó sobre «El libro
de la verdad», clavando los ojos en
la hoja donde se trataba de la vida que sigue
a la muerte; pero era letra muda para él.
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