Keck saß
er dort oben und sah auf die Leute in den
Straßen hinab; der eine war stolz
auf seinen Geldbeutel, der andere auf seinen
Schlüssel, obgleich er nichts aufzuschließen
hatte. Einer war stolz auf seinen Rock,
in dem die Motten saßen, ein anderer
auf seinen Leib, an dem schon die Würmer
nagten. "Eitelkeit, ja, ich muß
wohl bald hinunter und den Topf anrühren
und kosten!", sagte er. "Aber
hier will ich noch ein wenig sitzen bleiben,
der Wind kitzelt mir so herrlich den Rücken,
mir ist richtig behaglich zumute. Ich bleibe
hier so lange sitzen, wie der Wind bläst.
Ich will ein wenig Ruhe haben. Es ist gut,
am Morgen lange liegen zu bleiben, wenn
man viel zu tun hat, sagt der Faule. Aber
Faulheit ist die Wurzel allen Übels,
und Übles gibt es in unserer Familie
nicht.
Das sage ich und das sagt wohl jeder Sohn.
Ich bleibe sitzen, solange dieser Wind bläst,
es schmeckt mir."
Él
permanecía arrogante en el lugar, mirando
a sus pies la gente que transitaba por las
calles. Uno estaba orgulloso de su monedero,
otro lo estaba de su llave, a pesar de que
nada poseía para abrir. Uno estaba
orgulloso de su levita, apolillada por cierto,
y otro, de su cuerpo, roído de gusanos.
-
-¡Vanidad! ¡Sí, tendré
que bajar pronto a agitar la olla y probarla!
- dijo. Pero antes quedaré un rato
aquí sentado. El viento me cosquillea
en la espalda, y me encuentro muy a gusto.
Me quedaré mientras sople el viento;
me apetece descansar. Cuando se tiene mucho
que hacer, es conveniente quedarse más
tiempo en la cama, dice el perezoso. Pero
la pereza es la madre de todos los vicios,
y en nuestra familia no hay vicios.
Lo digo yo y parece que lo diga cada hijo.
Me quedo mientras sople viento, pues esto
me apetece.