Seite 8: Der Schweinehirt (El porquerizo) |
deutscher Text | Texto español | |||||||||||||
"Ach,
aber wir tun es ungern!", sagten die
Hofdamen. "Das ist Geschwätz",
sagte die Prinzessin, wenn ich ihn küssen
kann, dann könnt ihr es auch; bedenkt,
ich gebe euch Kost und Lohn!" -¡Oh,
señora, nos dará mucha vergüenza!
-manifestaron ellas. -¡Qué cháchara!
-replicó la princesa-. Si yo lo beso,
también pueden hacerlo vosotras. No
olvidéis que os mantengo y os pago-.
Y las damas no tuvieron más remedio que resignarse. -Serán cien besos de la princesa -replicó él- o cada uno se queda con lo suyo. -Poneos delante de mí -ordenó ella; y, una vez situadas las damas convenientemente, el príncipe empezó a besarla. -¿Qué alboroto hay en la pocilga? -preguntó el emperador, que acababa de asomarse al balcón. Y, frotándose los ojos, se caló los lentes-. Las damas de la Corte que están haciendo de las suyas; bajaré a ver qué pasa. ¡Demonios, como se apresuró! Al llegar al patio se adelantó callandito, callandito; por lo demás, las damas estaban absorbidas contando los besos, para que no hubiese engaño, y no se dieron cuenta de la presencia del emperador, el cual se levantó de puntillas.
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