Da kam
das Glasmännlein hervor, aber nicht
freundlich und traulich wie sonst, sondern
düster und traurig; es hatte ein Röcklein
an von schwarzem Glas, und ein langer Trauerflor
flatterte herab vom Hut, und Peter wußte
wohl, um wen er trauerte.
Entonces
apareció el Hombrecillo de Cristal,
pero no amable y familiar como otras veces,
sino sombrío y triste. Llevaba un trajecito
de cristal negro y del sombrero le caía
un largo crespón de luto, y Pedro sabía
muy bien por quién lo llevaba luto.
»Was willst du von mir, Peter Munk?«,
fragte es mit dumpfer Stimme.
»Ich hab' noch einen Wunsch, Herr
Schatzhauser«, antwortete Peter mit
niedergeschlagenen Augen.
»Können Steinherzen noch wünschen?«,
sagte jener. »Du hast alles, was du
für deinen schlechten Sinn bedarfst,
und ich werde schwerlich deinen Wunsch erfüllen.«
-¿Qué quieres de mí,
Pedro Munk?- preguntó con voz sorda.
-Me queda todavía un deseo, señor
Tesorero- respondió Pedro con los ojos
fijos en el suelo.
-¿Pueden acaso desear los corazones
de piedra?-dijo aquél. -Tú tienes
todo lo que necesitas para tu mal corazón
y es poco probable que cumpliese tu deseo.