Im Tannenbühl,
wo die Bäume dichter standen, saß
er ab, band sein Pferd an und ging schnellen
Schrittes dem Gipfel des Hügels zu,
und als er vor der dicken Tanne stand, hub
er seinen Spruch an:
En la colina
de los abetos, donde la arboleda era más
impenetra bable, desmontó, ató
el caballo y se dirigió con paso rápido
a la cima de la colina. Cuando estuvo delante
del enorme abeto, comenzó a recitar
»Schatzhauser im grünen Tannenwald,
Bist viele hundert Jahre alt,
Dein ist all' Land, wo Tannen stehen,
Läßt dich nur Sonntagskindern
sehen.«
Tesorero en el bosque verde,
que cuentas ya años a cientos,
toda la tierra es tuya donde los abetos permanecen,
sólo dejas que los niños nacidos
en domingo te vean.