Sie war
in Not und Elend geraten, als man ihr Haus
und Hof verkauft hatte, und ihr Sohn, als
er reich zurückgekehrt war, hatte
nicht mehr nach ihr umgesehen. Da kam sie
nun zuweilen, alt, schwach und gebrechlich,
an einem Stock vor das Haus.
Se había
quedado en la miseria al serle vendida su
hacienda y, cuando su hijo volvió rico,
no había vuelto a ocuparse de ella.
Ahora, vieja, débil y frágil,
venía a veces con su bastón
ante la casa.
Hinein wagte
sie sich nimmer, denn er hatte sie einmal
weggejagt; aber es tat ihr wehe, von den
Guttaten anderer Menschen leben zu müssen,
da der eigene Sohn ihr ein sorgenloses
Alter hätte bereiten können.
Aber das kalte Herz wurde nimmer gerührt
von dem Anblicke der bleichen, wohlbekannten
Züge, von den bittenden Blicken, von
der welken, ausgestreckten Hand, von der
hinfälligen Gestalt; mürrisch
zog er, wenn sie sonnabends an die Türe
pochte, einen Sechsbätzner hervor,
schlug ihn in ein Papier und ließ ihn
hinausreichen durch einen Knecht.
No se atrevía a entrar, pues ya en
una ocasión su hijo la había
echado a la calle, pero le dolía tener
que vivir de la caridad de otras personas,
cuando su propio hijo le habría podido
proporcionar una vejez libre de preocupaciones.
Pero el corazón de piedra ya no se
conmovía a la vista de las facciones
pálidas y bien conocidas, de la mirada
suplicante, de la marchita mano tendida.
Cuando llamaba los sábados a su puerta,
él, malhumorado, se sacaba del bolsillo
una moneda de seis, la envolvía en
un papel y mandaba a un criado que la entregase
fuera.
Er vernahm
ihre zitternde Stimme, wenn sie dankte
und wünschte, es möge ihm wohl
gehen auf Erden, er hörte sie hüstelnd
von der Türe schleichen, aber er dachte
weiter nicht mehr daran, als daß er
wieder sechs Batzen umsonst ausgegeben.
Escuchaba su temblorosa voz al darle
las gracias y desearle que le fuese bien en
este mundo; la oía alejarse de la puerta
despacito, tosiendo, pero lo único
que pensaba era que había vuelto a
despilfarrar seis céntimos.