Er fuhr
zwei Jahre in der Welt umher und schaute
aus seinem Wagen links und rechts an den
Häusern hinauf, schaute, wenn er anhielt,
nichts als das Schild seines Wirtshauses
an, lief dann in der Stadt umher und ließ
sich die schönsten Merkwürdigkeiten
zeigen.
Durante
dos años viajaba alrededor del mundo,
y desde su coche contemplaba las casas a
derecha e izquierda; cuando se paraba, se
limitaba a mirar el letrero de la posada;
después se paseaba por la ciudad
y hacía que le mostraran las más
bellas curiosidades.
Aber es freute ihn nichts, kein Bild, kein
Haus, keine Musik, kein Tanz; sein Herz
von Stein nahm an nichts Anteil, und seine
Augen, seine Ohren waren abgestumpft für
alles Schöne. Nichts war ihm mehr geblieben
als die Freude an Essen und Trinken und
der Schlaf, und so lebte er, indem er ohne
Zweck durch die Welt reiste, zu seiner Unterhaltung
speiste und aus Langeweile schlief. Hier
und da erinnerte er sich zwar, daß
er fröhlicher, glücklicher gewesen
sei, als er noch arm war und arbeiten mußte,
um sein Leben zu fristen. Da hatte ihn jede
schöne Aussicht ins Tal, Musik und
Gesang hatten ihn ergötzt, da hatte
er sich stundenlang auf die einfache Kost,
die ihm die Mutter zu dem Meiler bringen
sollte, gefreut. Wenn er so über die
Vergangenheit nachdachte, so kam es ihm
ganz sonderbar vor, daß er jetzt nicht
einmal lachen konnte, und sonst hatte er
über den kleinsten Scherz gelacht.
Pero nada le alegraba, ningún cuadro,
ninguna casa, ninguna música, ningún
baile; su corazón de piedra no se
interesaba por nada, y sus ojos, sus oídos
eran insensibles a todo lo bello. No le
había quedado más que el placer
de comer y beber y dormir; y así
vivía, viajando sin rumbo por el
mundo, comía para distraerse y dormía
por aburrimiento.
A veces recordaba que había sido
más alegre y más feliz cuando
aún era pobre y tenía que
trabajar para ganarse penosamente la vida.
Entonces, toda vista hermosa sobre el valle,
la música y el canto le habían
deleitado; durante horas enteras había
esperado impacientemente la sencilla comida
que le llevaba su madre a la carbonera.
Cuando pensaba de esa manera en el pasado,
le resultaba muy raro que ahora ni siquiera
podía reír, cuando en otros
tiempos se había reído por
la más mínima broma.
Wenn andere lachten, so verzog er nur aus
Höflichkeit den Mund, aber sein Herz
- lächelte nicht mit. Er fühlte
dann, daß er zwar überaus ruhig
sei; aber zufrieden fühlte er sich
doch nicht. Es war nicht Heimweh oder Wehmut,
sondern Öde, Überdruß, freudenloses
Leben, was ihn endlich wieder zur Heimat
trieb.
Si otros reían, contraía la
boca por mera cortesía, pero su corazón
no reía al mismo tiempo.
Entonces sentía que estaba muy tranquilo,
eso sí, pero contento no se sentía.
No fue la añoranza ni la nostalgia,
sino la monotonía, el tedio, la vida
sin alegrías lo que al fin le hizo
volver a su patria.