Aber Spielpeter
forderte den dicken Ezechiel auf zu bleiben.
Dieser wollte lange nicht, endlich aber
rief er: »Gut, jetzt will ich mein
Geld zählen, und dann wollen wir knöchern,
den Satz um fünf Gulden; denn niederer
ist es doch nur Kinderspiel.«
Er zog den Beutel und zählte und fand
hundert Gulden bar, und Spielpeter wußte
nun, wieviel er selbst habe, und brauchte
es nicht erst zu zählen.
Pero Pedro
el Jugador pidió a Ezequiel a quedarse.
Durante un buen rato, éste se resistió,
pero al fin exclamó -bueno, voy a contar mi dinero y vamos a jugar
a los dados con una apuesta de cinco florines,
pues menos es un juego de niños. Sacó
la bolsa, contó y encontró cien
florines en efectivo, y Pedro el Jugador ya
supo lo que tenía sin necesidad de
contar lo suyo.
Aber hatte
Ezechiel vorher gewonnen, so verlor er jetzt
Satz für Satz und fluchte greulich. Warf er einen Pasch, gleich warf
Spielpeter auch einen und immer zwei Augen
höher. Da setzte er endlich die letzten
fünf Gulden auf den Tisch und rief:
»Noch einmal, und wenn ich auch den
noch verliere, so höre ich doch nicht
auf; dann leihst du mir von deinem Gewinn,
Pero, si Ezequiel antes había ganado,
ahora perdía una vez tras otra, maldiciendo
espantosamente. Tan pronto como él
hacía parejas, Pedro también
las hacía, y siempre dos puntos más
altas. Al fin puso los últimos cinco
florines sobre la mesa y gritó
-otra vez, y aunque vuelva a perder, no voy
a dejarlo; entonces me prestas de tus ganancias,
Pedro. ¡Un hombre honrado ayuda a otro!
»Soviel du willst, und wenn es hundert
Gulden sein sollten«, sprach der Tanzkaiser,
fröhlich über seinen Gewinn, und
der dicke Ezechiel schüttelte die Würfel
und warf fünfzehn.
-Todo lo que quieras, incluso si fueran cien
florines- exclamó el Emperador del
Baile, contento de haber ganado, y Ezequiel
el Gordo agitó los dados e hizo quince.