Seite 023: Das kalte Herz (El corazón frío)



Er kann einen reich machen«, setzte der Greis geheimnisvoll hinzu, »aber ich möchte nichts von ihm haben; ich möchte um keinen Preis in der Haut des dicken Ezechiel und des langen Schlurkers stecken; auch der Tanzbodenkönig soll sich ihm ergeben haben!« Der Sturm hatte sich während der Erzählung des Alten gelegt; die Mädchen zündeten schüchtern die Lampen an und gingen weg; die Männer aber legten Peter Munk einen Sack voll Laub als Kopfkissen auf die Ofenbank und wünschten ihm gute Nacht.
Puede hacerle a uno rico- añadió misteriosamente el anciano, -pero no quisiera tener nada suyo; por nada del mundo quisiera estar en el pellejo de Ezequiel el Gordo o de Schlurker el Largo; también el Rey de Baile debe de haberse sometido a él.
La tormenta había amainado durante el relato del viejo; las muchachas encendieron tímidamente los candiles y se marcharon; pero los hombres pusieron encima del asiento adosado a la chimenea un saco de hojas como almohada para Pedro Munk y le desearon buenas noches.

Kohlenmunk-Peter hatte noch nie so schwere Träume gehabt wie in dieser Nacht; bald glaubte er, der finstere, riesige Holländer-Michel reiße die Stubenfenster auf und reiche mit seinem ungeheuer langen Arm einen Beutel voll Goldstücke herein, die er untereinander schüttelte, daß es hell und lieblich klang; bald sah er wieder das kleine, freundliche Glasmännchen auf einer ungeheuren grünen Flasche im Zimmer umherreiten, und er meinte das heisere Lachen wiederzuhören wie im Tannenbühl; dann brummte es ihm wieder ins linke Ohr:
Pedro el Carbón Munk no había tenido nunca pesadillas como aquella noche; a veces creía que el sombrío y gigantesco Michel el Holandés abría bruscamente las ventanas de la habitación y con su brazo enormemente largo introducía una bolsa llena de monedas de oro, que agitaba de tal manera que producía un sonido argentino y agradable; otras veces veía de nuevo al pequeño y amable Hombrecillo de Cristal cabalgar por el cuarto sobre una gran botella verde, y creía volver a oír su risa ahogada, como en la colina de los abetos; entonces le zumbaba otra vez en el oído izquierdo:

Vokabular
geheimnisvoll = misteriosamente
der Greis = el anciano
in seiner Haut stecken = estar en su pellejo
die Ofenbank = el asiento adosado a la chimenea
der Beutel = la bolsa





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