Seite 16: Bruder Lustig (Hermano Alegre) |
Darauf
zog der Bruder Lustig noch lange in der
Welt herum, und wers wüsste, könnte
viel davon erzählen. Endlich aber wurde
er alt und dachte an sein Ende, da ging
er zu einem Einsiedler, der als ein frommer
Mann bekannt war, und sprach zu ihm: »Ich
bin das Wandern müde und will nun trachten,
in das Himmelreich zu kommen.«
Der Einsiedler antwortete: »Es gibt
zwei Wege, der eine ist breit und angenehm
und führt zur Hölle, der andere
ist eng und rauh und führt zum Himmel.«
»Da müsst ich ein Narr sein,«
dachte der Bruder Lustig, »wenn ich
den engen und rauhen Weg gehen sollte.«
Machte sich auf und ging den breiten und
angenehmen Weg, und kam endlich zu einem
großen schwarzen Tor, und das war
das Tor der Hölle. Bruder Lustig klopfte
an, und der Torwächter guckte, wer
da wäre. Wie er aber den Bruder Lustig
sah, erschrak er, denn er war gerade der
neunte Teufel, der mit in dem Ranzen gesteckt
hatte und mit einem blauen Auge davongekommen
war. Darum schob er den Riegel geschwind
wieder vor, lief zum Obersten der Teufel
und sprach »draußen ist ein
Kerl mit einem Ranzen und will herein, aber
lasst ihn beileibe nicht herein, er wünscht
sonst die ganze Hölle in seinen Ranzen.
Er hat mich einmal garstig darin hämmern
lassen.«
Also ward dem Bruder Lustig hinausgerufen,
er sollte wieder abgehen, er käme nicht
herein.
»Wenn sie mich da nicht wollen,«
dachte er, »will ich sehen, ob ich
im Himmel ein Unterkommen finde, irgendwo
muss ich doch bleiben.«
Kehrte also um und zog weiter, bis er vor
das Himmelstor kam, wo er auch anklopfte.
Hermano
Alegre siguió vagando por el mundo
durante mucho tiempo todavía, y quien
supiera de sus aventuras podría contar
de él y sin acabar. Pero, viejo al
fin, comenzó a pensar en la muerte.
Se fue a visitar a un ermitaño, que
tenía fama de hombre piadoso, y le
dijo
- estoy cansado de mi vida errante y ahora
quisiera tomar el camino que lleva al cielo.
El ermitaño respondió
- hay dos caminos, uno, ancho y agradable,
conduce al infierno; otro, estrecho y duro,
va al cielo.
- ¡Tonto sería- pensó
Hermano Alegre, - si eligiese el duro y
estrecho!
Y, así, se puso en camino y tomó
el holgado y agradable, que lo condujo ante
un gran portal negro, que era el del infierno.
Hermano Alegre llamó, y el portero
se asomó a ver quién llegaba.
Pero al ver a Hermano Alegre se asustó,
pues era nada menos que el noveno de aquellos
diablos que habían quedado aprisionados
en la mochila, el único que salió
bien librado. Por eso echó rápidamente
el cerrojo, acudió ante el jefe de
los demonios y le dijo
- ahí fuera está un tío
con una mochila que quiere entrar. Pero
no lo permitáis, pues se metería
el infierno entero en la mochila. Una vez
estuve yo dentro, y por poco me mata a martillazos.
Pues le dijeron a Hermano Alegre que se
volviese, pues allí no entraría.
- Puesto que aquí no me quieren-
pensó, voy a probar si me admiten
en el cielo. ¡En uno u otro sitio
tengo que quedarme!
Entonces dio la vuelta y siguió el
camino hasta llegar a la puerta del paraíso
y llamó a la puerta.
Vokabular | |
der Eisiedler = el ermitaño | |
sich aufmachen = ponerse en camino | |
das Tor = el portal | |
die Hölle = el infierno | |
der Torwächter = el portero | |
mit einem blauen Auge davonkommen = salir bien librado |
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