Seite 02: Allerleirauh ("Bestia peluda")



Nun hatte der König eine Tochter, die war geradeso schön wie ihre verstorbene Mutter und hatte auch solche goldene Haare. Als sie herangewachsen war, sah sie der König einmal an und sah, daß sie in allem seiner verstorbenen Gemahlin ähnlich war, und fühlte plötzlich eine heftige Liebe zu ihr. Da sprach er zu seinen Räten: »Ich will meine Tochter heiraten, denn sie ist das Ebenbild meiner verstorbenen Frau, und sonst kann ich doch keine Braut finden, die ihr gleicht.« Als die Räte das hörten, erschraken sie und lenguas: »Gott hat verboten, daß der Vater seine Tochter heirate, aus der Sünde kann nichts Gutes entspringen, und das Reich wird mit ins Verderben gezogen.« Die Tochter erschrak noch mehr, als sie den Entschluß ihres Vaters vernahm, hoffte aber, ihn von seinem Vorhaben noch abzubringen. Da sagte sie zu ihm: »Eh ich Euren Wunsch erfülle, muß ich erst drei Kleider haben: eins so golden wie die Sonne, eins so silbern wie der Mond und eins so glänzend wie die Sterne; ferner verlange ich einen Mantel von tausenderlei Pelz und Rauchwerk zusammengesetzt, und ein jedes Tier in Eurem Reich muß ein Stück von seiner Haut dazu geben.« Sie dachte aber: Das anzuschaffen ist ganz unmöglich, und ich bringe damit meinen Vater von seinen bösen Gedanken ab. Der König ließ aber nicht ab, und die geschicktesten Jungfrauen in seinem Reiche mußten die drei Kleider weben, eins so golden wie die Sonne, eins so silbern wie der Mond und eins so glänzend wie die Sterne, und seine Jäger mußten alle Tiere im ganzen Reiche auffangen und ihnen ein Stück von ihrer Haut abziehen; daraus ward ein Mantel aus tausenderlei Rauchwerk gemacht. Endlich, als alles fertig war, ließ der König den Mantel herbeiholen, breitete ihn vor ihr aus und sprach:»Morgen soll die Hochzeit sein!«

Pero el rey tenía una hija que era el vivo retrato de su esposa muerta, tan hermosa como ella y con la misma cabellera de oro. Un dïa, cuando era mayor, el rey la miró y vio que en todo parecía a su difunta esposa, de repente se sintió enamorado de ella. Dijo entonces a sus consejeros
- quiero casarme con mi hija, pues es el retrato de mi esposa muerta; de otro modo, no encontraría una novia que se le pareciese. Al oir esto, los consejeros se asustarón y dijeron -Dios prohibió que el padre se casase con su hija. Del pecado no puede nacer nada bueno y causará la ruina del reinado. La hija se asustó más al conocer el propósito de su padre, pero esperó de poderlo desistir de su intención. Le dijo
- antes de satisfacer vuestro deseo, es preciso que me regaléis tres vestidos: uno, dorado como el sol; otro, plateado como la luna, y el tercero, brillante como las estrellas. Además quiero un abrigo hecho de mil pieles distintas; y ha de tener un pedacito de la piel de cada uno de los animales de vuestro reino.
Pero pensaba
-es absolutamente imposible procurarse todo esto, y, así, conseguiré que mi padre renuncie a su idea.
Pero el rey se mantuvo obstinado, y las doncellas más habilidosas del país hubieron de tejer las tres telas y confeccionar un vestido dorado como el sol, otro plateado como la luna y otro brillante como las estrellas; y los cazadores tuvieron que capturar los animales de todo el reino y quitarles un pedazo de piel, y con los trocitos fue cosido un abrigo de mil pieles distintas. Por fin cuando ya todo estuvo dispuesto, el rey mandó llamar a su hija y, le presentó el abrigo y le dijo
- mañana será nuestra boda.


Vokabular
das Ebenbild = el fiel retrato
ins Verderben gezogen werden = causar la ruina
das Vorhaben = la intención
von etwas abbringen = hacer desistir
das Rauchwerk, die Pelze = la peletería
der Jäger = el cazador





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