Wirklich
hörte ich dann jedesmal etwas schweren
langsamen Tritts die Treppe heraufpoltern;
das mußte der Sandmann sein. Einmal
war mir jenes dumpfe Treten und Poltern
besonders graulich; ich frug die Mutter,
indem sie uns fortführte: »Ei
Mama! wer ist denn der böse Sandmann,
der uns immer von Papa forttreibt? - wie
sieht er denn aus?«
Y,
en efecto, cada vez oía entonces
retumbar en la escalera graves pasos; debía
ser el Hombre de Arena. En cierta ocasión,
aquel ruido me produjo más escalofríos
que de costumbre y pregunté a mi
madre mientras nos acompañaba: -¡Oye
mamá! ¿Quién
es ese malvado Hombre de Arena que nos
aleja siempre del lado de papá? ¿Qué aspecto
tiene?
- »Es gibt
keinen Sandmann, mein liebes Kind«,
erwiderte die Mutter, »wenn ich sage,
der Sandmann kommt, so will das nur heißen,
ihr seid schläfrig und könnt
die Augen nicht offen behalten, als hätte
man euch Sand hineingestreut.«
-No existe tal Hombre de Arena,
cariño
-me respondió mi madre-. Cuando
digo "viene el Hombre de Arena" quiero
decir que tenéis que ir a la cama
y que vuestros párpados se cierran
involuntariamente como si alguien os hubiera
tirado arena a los ojos. Hasta siempre,
mi bienamado Nataniel, etcétera.