Tanto el alemán como el español conocen
dos tipos de futuro, el futuro perfecto y el futuro
imperfecto. Con el futuro imperfecto describimos acciones
que se realizarán en el futuro y de las cuales
no sabemos cuándo terminan o no nos interesa
cuándo terminan. En español como en todas
las lenguas romances hay dos maneras distintas
de formar el futuro perfecto, una orgánica y
la otra con una perífrasis.
Yo comeré.
Yo voy a comer.
A partir del momento en el que describimos dos acontecimientos o acciones que
se realizarán uno tras otro en el futuro, la cosa es más complicada.
En este caso, se necesita una posibilidad para expresar cuál es el acontecimiento
que habrá terminado y cuándo se realizará el otro. En este
caso utilizamos el futuro perfecto.
Él te dirá que lo habrá hecho ya.
Él no podrá comprarse un coche, porque habrá gastado todo
su dinero hasta entonces.
El uso del futuro es fácil, tanto en español como en alemán,
aunque de vez en cuando es un poco curioso. Vamos a discutir estos detalles más
adelante y vamos a ver cómo se forma el futuro.