Seite 01: Schneeweißchen und Rosenrot (Blancanieve y Rojaflor)



Eine arme Witwe, die lebte einsam in einem Hüttchen, und vor dem Hüttchen war ein Garten, darin standen zwei Rosenbäumchen, davon trug das eine weiße, das andere rote Rosen; und sie hatte zwei Kinder, die glichen den beiden Rosenbäumchen, und das eine hieß Schneeweißchen, das andere Rosenrot. Sie waren aber so fromm und gut, so arbeitsam und unverdrossen, als je zwei Kinder auf der Welt gewesen sind: Schneeweißchen war nur stiller und sanfter als Rosenrot. Rosenrot sprang lieber in den Wiesen und Feldern umher, suchte Blumen und fing Sommervögel; Schneeweißchen aber saß daheim bei der Mutter, half ihr im Hauswesen oder las ihr vor, wenn nichts zu tun war. Die beiden Kinder hatten einander so lieb, daß sie sich immer an den Händen faßten, sooft sie zusammen ausgingen; und wenn Schneeweißchen sagte:
»Wir wollen uns nicht verlassen«, so antwortete Rosenrot: »Solange wir leben, nicht«, und die Mutter setzte hinzu: »Was das eine hat, soll's mit dem andern teilen.« Oft liefen sie im Walde allein umher und sammelten rote Beeren, aber kein Tier tat ihnen etwas zuleid, sondern sie kamen vertraulich herbei: das Häschen fraß ein Kohlblatt aus ihren Händen, das Reh graste an ihrer Seite, der Hirsch sprang ganz lustig vorbei, und die Vögel blieben auf den Ästen sitzen und sangen, was sie nur wußten.
Una pobre viuda vivía en una pequeña choza solitaria, ante la cual había un jardín con dos rosales: uno, de rosas blancas, y el otro, de rosas encarnadas.
La mujer tenía dos hijas que se parecían a los dos rosales, y se llamaban Blancanieve y Rojaflor.

Eran tan buenas y piadosas, tan trabajadoras y incansables, que no se hallarían otras iguales en todo el mundo; sólo que Blancanieve era más apacible y dulce que Rojaflor.
A Rojaflor le gustaba correr y saltar por campos y prados, buscar flores y cazar mariposas, mientras Blancanieve prefería estar en casa, al lado de su madre, ayudándola en sus quehaceres o leyéndose en voz alta cuando no había otra ocupación a que atender. Las dos niñas se querían tanto, que salían cogidas de la mano, y cuando Blancanieve decía
-Jamás nos separaremos-
c ontestaba Rojaflor
-no, mientras vivamos- y la madre añadía
-lo que es de una, ha de ser de la otra.-
Con frecuencia salían las dos al bosque, a recoger fresas. Nunca les hizo daño ningún animal, al contrario, se les acercaban confiados. La pequeña liebre acudía a comer una hoja de col de sus manos; el corzo pacía a su lado, el ciervo saltaba alegremente en torno, y los pájaros, posadas en las ramas, gorjeabanlo que sabían.

Vokabular
die Witwe = la viuda
arbeitsam = trabajador
unverdrossen = incansable
das Hauswesen, der Haushalt = la casa
der Sommervogel, der Schmetterling = la mariposa
rote Beeren sammeln = recoger fresas (o frambuesas)
etwas zuleide tun = hacer daño





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