Die Eule
schwieg einen Augenblick und sprach dann:»Nehmet
es nicht ungütig, aber nur unter einer
Bedingung kann ich Euern Wunsch erfüllen.«
»Sprich aus! Sprich aus!«, schrie
Chasid. »Befiehl, es ist mir jede
recht.«
»Nämlich, ich möchte auch
gern zugleich frei sein; dies kann aber
nur geschehen, wenn einer von euch beiden
mir seine Hand reicht.«
Die Störche schienen über den
Antrag etwas betroffen zu sein, und der
Kalif winkte seinem Diener, ein wenig mit
ihm hinauszugehen.
»Großwesir«, sprach vor
der Türe der Kalif, »das ist
ein dummer Handel; aber Ihr könntet
sie schon nehmen.«
»So«, antwortete dieser, »daß
mir meine Frau, wenn ich nach Hause komme,
die Augen auskratzt? Auch bin ich ein alter
Mann, und Ihr seid noch jung und unverheiratet
und könnet eher einer jungen, schönen
Prinzessin die Hand geben.«
La lechuza
guardó silencio un instante y luego
dijo
-no lo toméis a mal, pero sólo
con una condición puedo cumplir vuestro
deseo.
¡Habla, habla!- exclamó Chasid.
-Ordena cuanto gustes.
-También me gustaría liberarme,
pero eso sólo puede suceder si uno
de vosotros pide mi mano.
Las cigüeñas parecieron un poco
perplejas ante la propuesta de matrimonio,
y el califa hizo señas a su servidor
de salir un momento con él.
-Gran visir- dijo el califa junto a la puerta,
- es un pacto disparatado, pero podríais
aceptarlo.
¿Y que mi esposa me arranque los ojos
al volver a casa?- respondió este.
-Además, soy un hombre viejo; y vosotros
sois joven y soltero, y sería más
adecuado que os casarais con una joven princesa.