Endlich
kam es zu einem kleinen Haus, daraus guckte
eine alte Frau, weil sie aber so große
Zähne hatte, ward ihm angst, und es
wollte fortlaufen. Die alte Frau aber rief
ihm nach: »Was fürchtest du dich,
liebes Kind? Bleib bei mir, wenn du alle
Arbeit im Hause ordentlich tun willst, so
soll dir's gut gehn. Du mußt nur achtgeben,
daß du mein Bett gut machst und es
fleißig aufschüttelst, daß
die Federn fliegen, dann schneit es in der
Welt; ich bin die Frau Holle.«
Weil die Alte ihm so gut zusprach, so faßte
sich das Mädchen ein Herz, willigte
ein und begab sich in ihren Dienst. Es besorgte
auch alles nach ihrer Zufriedenheit und
schüttelte ihr das Bett immer gewaltig,
auf daß die Federn wie Schneeflocken
umherflogen; dafür hatte es auch ein
gut Leben bei ihr, kein böses Wort
und alle Tage Gesottenes und Gebratenes.
Nun war es eine Zeitlang bei der Frau Holle,
da ward es traurig und wußte anfangs
selbst nicht, was ihm fehlte, endlich merkte
es, daß es Heimweh war; ob es ihm
hier gleich vieltausendmal besser ging als
zu Haus, so hatte es doch ein Verlangen
dahin.
Finalmente,
llegó a una casita, a una de cuyas
ventanas estaba asomada una vieja mujer; pero
como tenía los dientes muy grandes,
la niña echó a correr, asustada.
La vieja la llamó
- ¿de qué tienes miedo, hijita?
Quédate conmigo. Si quieres cuidar
de mi casa, lo pasarás muy bien. Sólo
tienes que poner cuidado en sacudir bien mi
cama para que vuelen las plumas, pues entonces
nieva en la tierra. Yo soy la Madre Nieve.
Al oír a la vieja hablarle en tono
tan cariñoso, la muchacha cobró
ánimos, y, aceptando el ofrecimiento,
entró a su servicio. Hacía todas
las cosas a plena satisfacción de su
ama, sacudiéndole vigorosamente la
cama, de modo que las plumas volaban cual
copos de nieve. En recompensa, disfrutaba
de buena vida, no tenía que escuchar
ni una palabra dura, y todos los días
comía cocido y asado. Cuando ya llevaba
una temporada en casa de Madre Nieve, entróle
una extraña tristeza, que ni ella misma
sabía explicarse, hasta que, al fin,
se dio cuenta de que era nostalgia de su tierra.
Aunque estuviera allí mil veces mejor
que en su casa, añoraba a los suyos.