Der Weg führte
in einen Wald, und da sah er einen Rabenvater
und eine Rabenmutter, die standen bei ihrem
Nest und warfen ihre Jungen heraus. "Fort
mit euch ihr Galgenschwengel!" riefen
sie, "wir können euch nicht mehr
satt machen, ihr seid groß genug und
könnt euch selbst ernähren."
Die armen Jungen lagen auf der Erde, flatterten
und schlugen mit ihren Fittichen und schrien:"Wir
hilflose Kinder, wir sollen uns selbst ernähren
und können noch nicht fliegen! Was bleibt
uns übrig, als hier Hungers zu sterben!"
Da stieg der gute Jüngling ab, tötete
das Pferd mit seinem Degen und überließ
es den Jungen Raben zum Futter. Die kamen
herbeigehüpft, sättigten sich und
riefen: "Wir wollen dir's gedenken und
es dir vergelten!"
La ruta
lo condujo a un bosque, y allí vio
una pareja de cuervos que, al borde de su
nido, arrojaban de él a sus hijos
-¡fuera de aquí, truhanes!
les gritaban. -No podemos seguir hartaros;
ya tenéis edad para buscarse pitanza.
Los pobres pequeñuelos estaban en
el suelo, agitando sus débiles alitas
y lloriqueando
-¡infelices de nosotros, desvalidos,
que hemos de buscarnos la comida y todavía
no sabemos volar! ¿Qué vamos
a hacer, sino morirnos de hambre? Se apeó
el mozo, mató al caballo de un sablazo
y dejó su cuerpo para pasto de los
pequeños cuervos, los cuales se lanzaron
a saltos sobre la presa y, una vez hartos,
dijeron a su bienhechor
-¡nos acordaremos y te lo pagaremos.