"Ich
kenne sie!", sagte sie zu sich selber.
"Ich kenne auch wohl meine Mängel,
und ich erkenne sie, darin liegt meine Demut,
meine Bescheidenheit, Mängel haben
wir alle, aber man hat doch auch Begabung.
Die Tassen erhielten einen Henkel, die Zuckerdose
einen Deckel, und ich erhielt noch ein Ding
voraus, das sie niemals erhalten, ich erhielt
eine Tülle, die macht mich zur Königin
auf dem Teetisch. Der Zuckerschale und dem
Sahnekännchen ward es vergönnt,
die Dienerinnen des Wohlgeschmacks zu sein,
aber ich bin die Gebende, die Herrschende,
ich verbreite den Segen unter der durstenden
Menschheit; in meinem Innern werden die
chinesischen Blätter mit dem kochenden
geschmacklosen Wasser verbunden."
-¡Las
conozco! -decía para sus adentros.
- Pero conozco también mis defectos
y los admito; en eso está mi humildad,
mi modestia.
Defectos los tenemos todos, pero una tiene
también sus cualidades. Las tazas recibieron
un asa, la azucarera una tapa, y yo recibí
además, por la parte de delante, algo
que ellas nunca recibirán, yo recibí
un pitón, que hace de mí la
reina de la mesa de té.
El papel de la azucarera y de la jarrita para
crema es de servir al paladar, pero yo soy
la que otorga, la que impera; reparto bendiciones
entre la humanidad sedienta; en mi interior,
las hojas chinas se elaboran en el agua hirviente
e insípida.