"Ich
bin kein Kerl, ich bin ein Fräulein!",
sagte die Stopfnadel, aber niemand hörte
es; der Siegellack war von ihr abgegangen,
und sie war schwarz und dünn geworden,
darum glaubte sie, daß sie noch feiner
sei, als sie früher war.
"Da kommt eine Eierschale angesegelt!",
sagten die Jungen und steckten die Stopfnadel
in die Schale. "Weiße Wände
und selbst schwarz", sagte die Stopfnadel,
"das kleidet gut! Nun kann man mich
doch sehen! - Wenn ich nur nicht seekrank
werde!" Aber sie wurde nicht seekrank.
"Es ist gut gegen die Seekrankheit,
einen Stahlmagen zu haben und immer daran
zu denken, daß man etwas mehr als
ein Mensch ist! Nun ist es bei mir vorbei.
Je feiner man ist, desto mehr kann man aushalten."
"Krach!" Da lag die Eierschale,
es ging ein Lastwagen über sie hin.
"Au, wie das drückt!", sagte
die Stopfnadel. "Jetzt werde ich doch
seekrank!"
Aber sie wurde es nicht, obgleich ein Lastwagen
über sie wegfuhr, sie lag der Länge
nach - und da mag sie liegenbleiben.
-¡Yo
no soy ningún tío, sino una
señorita! -protestó la aguja;
pero nadie la oyó. El lacre se había
desprendido, y el metal estaba ennegrecido;
pero el negro hace más esbelto, por
lo que la aguja se creyó aún
más fina que antes.
-¡Ahí viene flotando una cáscara
de huevo! -gritaron los chiquillos, y clavaron
en ella la aguja.
-Negra sobre fondo blanco -observó
ésta.
- ¡Qué bien me sienta! Soy
bien visible.
¡Con tal que no me mare!
Pero no se mareó.
-Es una gran cosa contra el mareo tener
estómago de acero. En esto sí
que estoy por encima del vulgo. Me siento
como si nada. Cuánto más fina
es una, más resiste.
-¡Crac! - Aquí estuvo la cáscara,
aplastada por la rueda de un camión.
-¡Uf, cómo pesa! -añadió
la aguja-. Ahora sí que me mareo.-
Pero no se mareó, pese a haber sido
atropellada por un camión. Quedó
en el suelo, y, lo que es por mí,
puede seguir allí.