Der Dummling
forderte zum drittenmal seine Braut. Der
König aber suchte noch einmal Ausflucht
und verlangte ein Schiff, das zu Land und
zu Wasser fahren könnt.
»Sowie du aber damit angesegelt kommst«,
sagte er, »sollst du gleich meine
Tochter zur Gemahlin haben.« Der Dummling
ging geraden Weges in den Wald, da saß
das alte, graue Männchen, dem er seinen
Kuchen gegeben hatte, und sagte: »Ich
habe für dich getrunken und gegessen,
ich will dir auch das Schiff geben; das
alles tu ich, weil du barmherzig gegen mich
gewesen bist.«
Da gab er ihm das Schiff, das zu Land und
zu Wasser fuhr, und als der König das
sah, konnte er ihm seine Tochter nicht länger
vorenthalten.
Die Hochzeit ward gefeiert; nach des Königs
Tod erbte der Dummling das Reich und lebte
lange Zeit vergnügt mit seiner Gemahlin.
Tontorrón
reclamó por tercera vez a su prometida,
pero el rey buscó de nuevo un pretexto
y pidió un barco que pudiera navegar
tanto por tierra como por mar.
-En cuanto vengas navegando en él -dijo-,
tendrás a mi hija por esposa.
Tontorrón se fue directamente al bosque;
allí estaba sentado el viejo hombrecillo
canoso al que había dado su tortilla,
que dijo:
-He bebido y he comido gracias a ti, y ahora
te daré también ese barco; todo
esto lo hago porque fuiste caritativo conmigo.
Y le dio el barco que podía navegar
por tierra y por mar, y cuando el rey lo vio
no pudo negarle por más tiempo a su
hija.
Se celebró la boda y, a la muerte del
rey, Tontorrón heredó el reino,
y vivió feliz muchos años con
su esposa.