Der Dummling
verlangte abermals seine Braut, der König
aber ärgerte sich, daß ein schlechter
Bursch, den jedermann einen Dummling nannte,
seine Tochter davontragen sollte, und machte
neue Bedingungen: Er müßte erst
einen Mann schaffen, der einen Berg voll
Brot aufessen könnte. Der Dummling
besann sich nicht lange, sondern ging gleich
hinaus in den Wald. Da saß auf demselben
Platz ein Mann, der schnürte sich den
Leib mit einem Riemen zusammen, machte ein
grämliches Gesicht und sagte: »Ich
habe einen ganzen Backofen voll Raspelbrot
gegessen, aber was hilft das, wenn man so
großen Hunger hat wie ich.
Mein Magen bleibt leer, und ich muß
ihn zuschnüren, wenn ich nicht Hungers
sterben soll.« Der Dummling war froh
darüber und sprach: »Mach dich
auf und geh mit mir, du sollst dich satt
essen!«
Er führte ihn an den Hof des Königs,
der hatte alles Mehl aus dem ganzen Reich
zusammenfahren und einen ungeheuren Berg
davon bauen lassen; der Mann aber aus dem
Walde stellte sich davor, fing an zu essen,
und in einem Tag war der ganze Berg verschwunden.
Tontorrón
volvió a reclamar a su prometida, pero
al rey le fastidiaba de que aquel simple rapaz,
llamado Tontorrón, se llevase a su
hija, por lo que impuso nuevas condiciones.
Tendría que encontrar primero a un
hombre que pudiera comerse una montaña
entera de pan.
Tontorrón no lo reflexionó mucho
y se fue inmediatamente al bosque; allí
estaba sentado, exactamente en el mismo sitio,
un hombre que se apretaba fuertemente el cuerpo
con un cinturón; tenía una expresión
muy triste en su rostro, y dijo:
-Me he comido todo un horno lleno de pan;
pero ¿de qué sirve eso si se
tiene tanta hambre como tengo yo? Mi estómago
sigue estando vacío, y cada día
tengo que atar más el cinturón
para no morir de hambre.
Tontorrón se puso muy contento y dijo
-levántate y ven conmigo, pues comerás
hasta hartarte.
Lo condujo a la corte, donde el rey había
hecho traer toda la harina de su reino para
hacer con ella una inmensa montaña
de pan. Pero el hombre del bosque se colocó
frente a ella, comenzó a comer y a
comer, y al final del día había
desaparecido toda la montaña.