«
Die Mutter gab ihm einen Kuchen, der war
mit Wasser in der Asche gebacken, und dazu
eine Flasche saures Bier. Als er in den
Wald kam, begegnete ihm gleichfalls das
alte, graue Männchen, grüßte
ihn und sprach: »Gib mir ein Stück
von deinem Kuchen und einen Trunk aus deiner
Flasche, ich bin so hungrig und durstig.«
Antwortet der Dummling: »Ich habe
nur Aschenkuchen und saures Bier, wenn dir
das recht ist, so wollen wir uns setzen
und essen.«
Da setzten sie sich, und als der Dummling
seinen Aschenkuchen herausholte, so war's
ein feiner Eierkuchen, und das saure Bier
war ein guter Wein. Nun aßen und tranken
sie, und danach sprach das Männlein:
»Weil du ein gutes Herz hast und von
dem deinigen gerne mitteilst, so will ich
dir Glück bescheren. Dort steht ein
alter Baum, den hau ab, so wirst du in den
Wurzeln etwas finden.«
Darauf nahm das Männlein Abschied.
Der Dummling ging hin und hieb den Baum
um, und wie er fiel, saß in den Wurzeln
eine Gans, die hatte Federn von reinem Gold.
La madre
le preparó una tortilla que había
hecho con agua y sobre las cenizas; a la que
añadió una botella de cerveza
agria. Cuando llegó al bosque se topó,
como le había ocurrido a los otros,
con el viejo y canoso hombrecillo, quien,
saludándole, le dijo
-dame un trozo de tu tortilla y un poquito
de vino; tengo mucha hambre y me muero de
sed.
Tontorrón respondió
-sólo tengo una tortilla de cenizas,
y cerveza agria; si te parece bien, nos sentaremos
y comeremos juntos.
Entonces se sentaron y, cuando Tontorrón
sacó la esmirriada tortilla, ésta
se había convertido en una exquisita
tortilla, y la cerveza agria era un delicado
vino. Y así, comieron y bebieron; y
después habló el hombrecillo
-como tienes un buen corazón y estás
dispuesto a compartir lo que posees, quiero
que recibas tu premio. Allí hay un
viejo árbol, córtalo y encontrarás
algo entre las raíces.-
Y, diciendo esto, el hombrecillo canoso se
despidió.
Tontorrón se acercó al árbol
y lo cortó; al caer, estaba sentada
entre sus raíces una oca que tenía
las plumas de oro puro.