Da waren
die Söhne zufrieden, und der älteste
wollte ein Hufschmied, der zweite ein Barbier,
der dritte aber ein Fechtmeister werden.
Darauf bestimmten sie eine Zeit, wo sie
wieder nach Hause zusammenkommen wollten,
und zogen fort.
Es traf sich auch, daß jeder einen
tüchtigen Meister fand. Der Schmied
mußte des Königs Pferde beschlagen
und dachte:"Nun kann dirs nicht fehlen,
du kriegst das Haus."
Der Barbier rasierte lauter vornehme Herren
und meinte auch, das Haus wäre schon
seins. Der Fechtmeister kriegte manchen
Hieb, biß aber die Zähne zusammen
und ließ sich's nicht verdrießen,
denn er dachte bei sich:"Fürchtest
du dich vor einem Hieb, so kriegst du das
Haus nimmermehr."
Entonces,
los hijos estaban contentons y el mayor resolvió
ser herrador, el segundo barbero y el tercero
maestro de esgrima. Se separaron, conviniendo
estar en casa de su padre en un día
señalado.
Sucedió que cada uno de ellos encontró
un buen maestro. El herrador tuvo que ferrar
llos caballos del rey, y creía que
la casa sería para él.
El barbero afeitaba a grandes señores,
y pensaba también que la casa vendría
a ser suya. En cuanto al aprendiz de maestro
de esgrima, recibió más de un
floretazo, pero apretaba los dientes y no
se desanimaba, pues pensaba que si tenía
miedo no sería para él la casa.