Der Tropfen,
heißt es ja, höhlt den harten
Stein. Die Meereswogen schleifen mit der
Zeit die kantigen Felsblöcke rund,
der Tau der Gnade, der zum ersten Male auf
Klein-Helga niederrann, höhlte das
Harte, rundete das Scharfe; wohl war es
noch nicht zu erkennen, sie selbst wußte
es nicht; was weiß der Keim in der
Erde bei der erquickenden Feuchtigkeit und
dem warmen Sonnenstrahl davon, daß
er Pflanze und Blüte in sich trägt.
Wie der Gesang der Mutter unmerklich in
der Seele des Kindes haftet, und es die
einzelnen Worte nachlallt, ohne sie zu verstehen,
bis sich diese später in den Gedanken
sammeln und sichten, so wirkte auch hier
das schöpferische Wort der Allmacht.
Sie ritten aus dem Walde hinaus, hin über
die Heide, wieder durch pfadlose Wälder;
da trafen sie gegen Abend auf Räuber.
La gota
de lluvia perfora, dicen, la dura piedra.
En el curso del tiempo, las olas del mar
pulimentan y redondean la quebrada roca
esquinada; el rocío de la gracia,
que por vez primera caía sobre la
pequeña Helga, reblandecía
la dureza, redondeaba la arista. Ninguna
conciencia tenía ella de lo que en
sí misma ocurría. ¡Qué
sabe el germen, hundido en la tierra, de
la planta y la flor que hay encerradas en
él, y que germinarán con ayuda
de la humedad y de los rayos del sol! Semejante
al canto de la madre, que se va insinuando
imperceptiblemente en el alma del niño,
de manera que éste va imitando poco
a poco las palabras sin comprenderlas, así
también obraba allí la creativa
palabra de la omnipotencia.
Salieron del bosque, cruzaron el brezal
y se adentraron nuevamente por selvas intransitables.
Hacia el anochecer, se toparon con unos
bandoleros.