Es war
so herrlich draußen auf dem Lande.
Es war Sommer, das Korn stand gelb, der
Hafer grün, das Heu war unten auf den
grünen Wiesen in Schobern aufgesetzt,
und der Storch ging auf seinen langen, roten
Beinen und plapperte ägyptisch, denn
diese Sprache hatte er von seiner Frau Mutter
gelernt. Rings um die Äcker und die
Wiesen gab es große Wälder und
mitten in den Wäldern tiefe Seen. Ja,
es war wirklich herrlich da draußen
auf dem Lande! Mitten im Sonnenschein lag
dort ein altes Landgut, von tiefen Kanälen
umgeben; und von der Mauer bis zum Wasser
herunter wuchsen große Klettenblätter,
die so hoch waren, daß kleine Kinder
unter den höchsten aufrecht stehen
konnten; es war ebenso wild darin wie im
tiefsten Walde. Hier saß eine Ente
auf ihrem Nest, welche ihre Jungen ausbrüten
mußte; aber es wurde ihr fast zu langweilig,
bis die Jungen kamen. Dazu erhielt sie selten
Besuch; die andern Enten schwammen lieber
in den Kanälen umher, als daß
sie hinaufliefen, sich unter ein Klettenblatt
zu setzen, um mit ihr zu schnattern.
¡Qué
hermoso estaba el campo! Había llegado
el verano: el trigo se puso amarillo; la avena,
verde; las hierbas de los prados, cortadas
ya, quedaba almacenada en los pajares, en
cuyos tejados se paseaba la cigüeña,
con sus patas rojas y largas, hablando en
egipcio, lenguaje que le enseñara su
madre. Rodeaban los campos y prados grandes
bosques, y en medio de ellas se escondían
lagos profundos. ¡Qué hermosa
estaba el campo! Bañada por el sol
se levantaba una finca rústica, rodeada
de hondos canales, y desde el paredón
hasta el agua crecían grandes lampazos
formando una cúpula tan alta que dentro
de ella podía estar de pie un niño
pequeño, pero estaba tan enmarañado,
que parecía el interno de un bosque.
En medio de aquellas malezas, un pato, sentado
en el nido, empollaba sus huevos. Estaba ya
impaciente, pues ¡tardaban tanto en
salir los polluelos, y recibía muy
pocas visitas! Los demás patos preferían
nadar por los canales, en vez de entrar a
hacerle compañía y conversar
un rato.